Marruecos: cambios sí, pero no tantos

Hay cosas que nunca cambian. Si nos fijamos en cómo ha sido la campaña del referéndum constitucional en Marruecos, da la impresión de que, diga lo que diga la nueva Constitución, la forma de gobernar va a seguir siendo la misma.

Los medios de comunicación se han volcado a favor del “sí”, los que defendían el “no” han sido insultados y perseguidos y todos dan por supuesto que hoy, con dinero público, se llevará a la gente en autobuses a los colegios electorales más alejados.

No basta con que gane el “sí”, que eso se da por descontado, sino que lo haga con una mayoría abrumadora, y para ello los monárquicos van a utilizar todos sus recursos. Todos los partidos que están presentes en el Parlamento han pedido el “sí”, y también lo ha hecho una parte de los islamistas, concretamente el partido Justicia y Desarrollo. La campaña del “no” la lideran los islamistas de Justicia y Caridad y los jóvenes del Movimiento 20 de Febrero.

Algunos de los cambios en la Constitución son interesantes. Por ejemplo, el rey tendrá que nombrar presidente del Gobierno al líder del partido más votado en las elecciones y el bereber será lengua oficial. Sin embargo, el rey seguirá acumulando mucho poder político y económico, pues en esa reforma constitucional no se dice nada de todas las empresas, fincas y palacios que posee el rey. En eso sí tienen razón los que dicen que, en el fondo, las cosas no van a cambiar.