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Análisis

El caso Murdoch también afecta a los Estados Unidos

La polémica del grupo Murdoch ha cruzado el charco y ha llegado a los EE. UU. El FBI les investigará por haber pinchado presuntamente los teléfonos de los familiares de las víctimas del 11-S.

Jesús Torquemada

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El caso Murdoch está teniendo consecuencias devastadoras en la política británica. No se está librando casi nadie. Se suceden las dimisiones en el grupo Murdoch, algunos de sus dirigentes han sido detenidos y el propio magnate de la prensa ha tenido que salir pidiendo disculpas públicamente. El escándalo empieza a salpicar a gente de fuera del grupo.

Ahora ha tenido que dimitir el jefe de Scotland Yard de Londres, tras saberse que varios policías vendían secretos a los periódicos de Murdoch y les ayudaban a montar escuchas ilegales. El primer ministro, David Cameron, aún no se ha librado. Tuvo como asesor de prensa hasta el pasado enero a Andy Coulson, uno de los directivos del News of the World, el periódico que fue cerrado el domingo pasado.

Pero esto no solo va a tener consecuencias en Gran Bretaña; puede tenerlas también, y muy importantes, en Estados Unidos, donde Murdoch posee grandes medios de comunicación. Entre ellos, la cadena televisiva Fox, refugio de la ultraderecha estadounidense. Fox es clave en la campaña de los republicanos para las próximas elecciones presidenciales. Fustiga continuamente al presidente Obama y en sus tertulias participan regularmente los pesos pesados del ala más derechista del Partido Republicano, como Sarah Palin, Rick Santorum y Newt Gingrich.

El FBI ha abierto una investigación contra los medios del grupo Murdoch, acusados de haber pinchado los teléfonos de los familiares de las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001 para obtener exclusivas. A eso es a lo que Murdoch llama libertad de prensa.

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