Internacional -
Análisis
Las limitaciones del Banco Central Europeo
La tormenta financiera de estos últimos días ha servido para ver la gran diferencia existente en el funcionamiento de la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo.
Jesús Torquemada
La Reserva Federal de Estados Unidos está empeñada en evitar otra recesión como sea. Para ello, va a inundar el mercado con dinero barato, pues ha decidido mantener el tipo de interés del 0,25% hasta 2013, y va a comprar masivamente deuda pública de Estados Unidos, para ayudar a sostener su cotización. Y si eso implica un cierto riesgo de inflación, no importa.
El Banco Central Europeo, sin embargo, va a seguir con sus tipos de interés del 1,5% y no tiene intención de rebajarlos a pesar de la que está cayendo. ¿Por qué? Porque su misión principal, recogida en sus estatutos, es controlar la inflación, y en teoría el dinero más barato podría producir inflación.
En lo que se refiere a la deuda pública, al día siguiente de comprar bonos italianos y españoles el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, ya ha tenido que aguantar un aluvión de críticas procedentes de Alemania. Dicen los alemanes que la misión del banco no es ésa, y que si italianos y españoles tienen problemas para financiarse, que vendan sus empresas públicas o sus reservas de oro. Es decir, el Banco Central Europeo no consigue tener una independencia total porque los gobiernos quieren meterse en su funcionamiento. Con el agravante de que no tiene que contentar a un Gobierno solo, sino a 27.
De esa forma, el BCE no es un instrumento adecuado para combatir esta crisis, mientras que, por el contrario, la Reserva Federal estadounidense sí lo está siendo. Su presidente, Ben Bernanke, es especialista en lo que pasó cuando la Gran Depresión de los años 30, y no está dispuesto a que ocurra de nuevo.