Gran éxito para el Partido Socialista francés

El Partido Socialista Francés tiene motivos para estar contento con el resultado de sus elecciones primarias. Ha superado los cálculos de participación más optimistas. Dos millones de franceses han acudido a las urnas para manifestar su preferencia entre los seis candidatos que se presentaban.

Dos millones que son ya votantes seguros del Partido Socialista en las elecciones presidenciales del año que viene, puesto que han dejado claro que se sienten de izquierdas. Para votar tenían que firmar un papel en el que se declaraban simpatizantes de los valores de izquierdas.

Ahora habrá que hacer una segunda vuelta el domingo que viene para decidir si, finalmente, quien dispute a Sarkozy las llaves del Palacio del Elíseo será François Hollande, vencedor ayer, o Martine Aubry, que quedó segunda. Ahí será interesante la consigna de voto que dé Arnaud Montebourg, que ha quedado tercero con un discurso un tanto populista en el que ha hablado de cerrar las puertas a los productos chinos, de nacionalizar parcialmente los bancos y de "desglobalizar" la economía.

La gran derrotada ha sido Ségolène Royal, que solo ha conseguido un 7%, cuando hace cinco años fue la ganadora de las elecciones primarias; la diferencia es que entonces esas primarias fueron cerradas, únicamente podían votar los militantes del partido, y esta vez estaban abiertas a cualquiera que se sintiera de izquierdas.

Pero ahora ya no importa tanto quién será el candidato o candidata. Lo que importa es que tendrá una gran legitimidad y que el Partido Socialista ha conseguido retomar la iniciativa después del gran problema que le supuso el escándalo de Dominique Strauss-Kahn.