Internacional -
Análisis
La nueva esperanza de la izquierda francesa
Los casi tres millones de franceses que votaron ayer prefirieron la propuesta de Hollande, quizá porque piensan que es el que más posibilidades tiene de batir al actual presidente de Francia, Sarkozy.
Redacción
François Hollande no lo ha dicho claramente, pero intenta aparecer como un nuevo François Mitterrand, el líder socialista que ganó las presidenciales francesas de 1981 y logró la reelección en 1988. No en cuanto al programa, que el de Mitterrand era mucho más rupturista que el de Hollande, sino en cuanto al enfoque: el lema de Mitterrand entonces fue “el cambio tranquilo”, y eso es lo que propone Hollande, un cambio sin demasiado ruido.
Martine Aubry, la perdedora de las elecciones primarias socialistas, intentaba dar la sensación de que estaba un poco más a la izquierda que Hollande, mientras éste se esforzaba por parecer que estaba un poco más hacia el centro. Finalmente, los casi tres millones de franceses que votaron ayer prefirieron la propuesta de Hollande, quizá porque pensaron que es el que más posibilidades tiene de batir al actual presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, en las elecciones del año que viene.
Porque de eso se trataba: de elegir al candidato que tenga más opciones de llegar al Elíseo. El Partido Socialista Francés ha logrado un gran éxito de participación en estas primarias, que estaban abiertas no sólo a los militantes, sino a toda la gente que se sintiera de izquierdas. Ha conseguido que se olvide el escándalo de Dominique Strauss-Kahn, que hace unos meses era el favorito para ser candidato socialista.
Vuelve a situarse como la referencia indispensable de la izquierda francesa. Solo queda una duda: qué tal lo hará Hollande en campaña, pues es la primera vez que se presenta a unas elecciones nacionales, hasta ahora solo había disputado elecciones municipales y regionales.