Internacional -

Análisis

Desgarro en la sociedad israelí

Muchos creen que son demasiados presos a cambio de uno solo, muchos están implicados en atentados en los que murieron 20-30 personas y han anunciado que volverán a la actividad violenta.

Jesús Torquemada, analista internacional. Foto: EITB
Jesús Torquemada, analista internacional.
Jesús Torquemada, analista internacional. Foto: EITB

Jesús Torquemada

Whatsapp Facebook Twitter Telegram Email

Israel está inmerso en el intercambio de presos más polémico de su historia. Para conseguir la libertad del soldado Gilad Shalit, que llevaba cinco años en poder del grupo palestino Hamas, Israel está soltando de las cárceles a 1.027 presos palestinos.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha tomado esta decisión para librarse de la presión ejercida por la familia de Shalit y un sector de la sociedad israelí que apoya a esa familia. Netanyahu quiere concentrarse en otros temas más importantes para el futuro de Israel, como la construcción de más colonias judías en Cisjordania.

Sin embargo, no está claro que las ganancias políticas para Netanyahu sean mayores que las pérdidas. Se ha levantado un clamor en Israel contra este intercambio por varios motivos: por soltar demasiados presos a cambio de uno solo, porque muchos de los que van a salir están implicados en atentados en los que murieron veinte y treinta personas, y porque además no solo no han mostrado ningún arrepentimiento, sino que han anunciado que volverán inmediatamente a la actividad violenta. Las víctimas de esos atentados han puesto el grito en el cielo.

Israel tiene estos días el corazón dividido entre quienes piensan que no pueden dejar abandonados a sus soldados y quienes creen que el precio pagado es demasiado alto. Si a eso se añade el malestar social puesto en evidencia por las recientes protestas de los indignados, Israel se encuentra ante un momento delicado de cohesión interna.

Si te interesó esto, quizá te interesen estos otros temas