Internacional -
Análisis
Elecciones en Marruecos con islamistas favoritos
Hoy es la primera oportunidad de comprobar si el rey Mohamed VI cumple sus promesas, porque se celebran elecciones parlamentarias.
Jesús Torquemada
El rey Mohamed VI de Marruecos fue uno de los primeros dirigentes árabes que reaccionó al estallar las revueltas en Túnez y Egipto. Hizo una reforma política que no cambió lo sustancial, es decir, que él sigue siendo el que manda en Marruecos; pero dio mayor juego a los partidos políticos. Por ejemplo, se comprometió a nombrar primer ministro al líder del partido que ganase las elecciones, y no como hasta ahora, que podía poner de primer ministro a quien quisiera.
Hoy es la primera oportunidad de comprobar si el rey cumple sus promesas, porque se celebran elecciones parlamentarias. Y, además, las encuestas y la sensación de la calle indican que el ganador podría ser un partido islamista, el Partido Justicia y Desarrollo, con lo cual Marruecos podría tener un primer ministro islamista, Abdelilá Benkirane. Hay otro partido islamista más radical, llamado Justicia y Espiritualidad, que está prohibido y no puede presentarse.
Las elecciones no son, por tanto, tan democráticas como las celebradas recientemente en Túnez, donde el abanico de partidos ha sido muy amplio; por otra parte, es evidente un cierto desinterés de la gente, porque para votar hay que inscribirse en el censo electoral y muchos no lo han hecho.
Marruecos tiene 21 millones de mayores de edad, pero solo se han inscrito para votar 14 millones, y sobre ellos se calculará la tasa de participación. De todas formas, hasta ahora la estrategia de Mohamed VI le ha salido bien, porque la oleada de protestas de la “primavera árabe” apenas le ha afectado.