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Análisis

Fanatismo musulmán en Nigeria

Las tensiones entre las distintas etnias han persistido, pero además, ha surgido un grupo fanático musulmán, llamado Boko Haram, que se dedica a matar cristianos indiscriminadamente.

Jesús Torquemada, analista internacional. Foto: EITB
Jesús Torquemada, analista internacional. Foto: EITB
Jesús Torquemada, analista internacional. Foto: EITB

Jesús Torquemada

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Nigeria es un país partido en dos. En el Norte habitan los hausas y los fulanis; en el Sur viven los yorubas y los ibos. Los del Norte son casi todos musulmanes; los del Sur son cristianos o practican el animismo, la religión tradicional africana. A lo largo de la historia siempre estuvieron enfrentados: los hausas ayudaban a los árabes a capturar esclavos ibos y yorubas. Hausas, fulanis, ibos y yorubas quedaron metidos en el mismo Estado cuando acabó la colonización británica y Nigeria se hizo independiente, hace cincuenta años.

Las tensiones entre las distintas etnias han persistido y la división política del país es clara: el actual presidente, Jonathan Goodluck, cristiano, ganó las últimas elecciones con casi el 59%, pero prácticamente todos sus votos los logró en el Sur del país y casi ninguno en el Norte. En varias provincias del Norte rige ya la sharia, la ley islámica, y se practica, por ejemplo, la lapidación contra las mujeres adúlteras. Pero, además, ha surgido un grupo fanático musulmán, llamado Boko Haram, que se dedica a matar cristianos indiscriminadamente. “El cristianismo es pecado”, significa más o menos su nombre.

Uno de sus atentados favoritos es poner bombas en iglesias el día de Navidad. Ya lohizo el año pasado y ha vuelto a hacerlo éste. No puede hablarse aún de un conflicto porque con las mezquitas no se mete nadie, pero Boko Haram está consiguiendo elevar peligrosamente la tensión en Nigeria.

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