Internacional -
Análisis
Una decisión común no siempre es una decisión correcta
Lo primero que habría que discutir es si le corresponde a Europa tomar esta decisión; es decir, si el programa nuclear iraní es realmente una amenaza para Europa.
Jesús Torquemada
Para una vez que la Unión Europea adopta una decisión común de política exterior, no es seguro que sea la correcta. A la Unión Europea le cuesta mucho pactar una decisión vinculante para todos, porque, al fin y al cabo, no es fácil poner de acuerdo a 27 socios. E
n el tema de las sanciones a Irán, y más concretamente el embargo a su petróleo, sí ha habido unanimidad. El motivo para adoptar esta medida es que Irán sigue adelante con su desarrollo de la energía nuclear, con un programa cuyo fin último parece ser la construcción de bombas atómicas.
Lo primero que habría que discutir es si le corresponde a Europa tomar esta decisión; es decir, si el programa nuclear iraní es realmente una amenaza para Europa. Un Irán con armas nucleares no sería bueno para nadie, pero no está claro que la Unión Europea deba asumir tanto protagonismo en este tema.
Además, este embargo petrolero no servirá probablemente para nada. Es verdad que las sanciones económicas acaban causando problemas a la población de los países afectados, y que, en teoría, eso puede aumentar el descontento con sus gobernantes; pero, en la práctica, suele pasar lo contrario. El Gobierno se endurece y mucha gente cierra filas con él, en una reacción nacionalista ante lo que consideran una agresión del exterior.
Las sanciones económicas no derribaron al libio Gadafi ni al iraquí Saddam Hussein, ni han impedido que los Castro y los Kim sigan mandando en Cuba y Corea del Norte. Y las que se han impuesto ya anteriormente a Irán no han debilitado hasta ahora en absoluto a los ayatolas.