Internacional -
Crisis humanitaria Palestina
Enfermedades, desplazamientos, muerte y destrucción, la insufrible realidad de la ciudadanía civil palestina
Aumentan los casos de varicela, sarna y diarrea causados por las malas condiciones higiénicas y el consumo de agua de fuentes insalubres. El 42 % de los edificios residenciales de Gaza están afectados por los bombardeos. Además, hay 1,4 millones de desplazados internos.
Olatz Prat | EITB Media
Euskaraz irakurri: Gaixotasunak, desplazamenduak, heriotza eta suntsipena: palestinarren errealitate jasanezina
El asedio israelí sobre la Franja de Gaza iniciado hace dos semanas afecta en todos los planos de sus vidas a cientos de miles de ciudadanos palestinos, casi todos civiles, miles de ellos niños, que nada tienen que ver con ejércitos, grupos armados o milicias.
Como en cualquier guerra, también en Palestina, tanto en Gaza como en Cisjordania, es la población civil la que más directamente y más crudamente sufre las consecuencias de la guerra que se cierne sobre sus cabezas.
La peor de las consecuencias y la más irreversible es, sin duda, la muerte de más de 4385 personas en Gaza (1756 de ellos, niños) y de 84 en Cisjordania desde el pasado 7 de octubre. Muertes que se suman a la larga lista de víctimas mortales (11 652 personas, según la ONG israelí B'Tselem) en Palestina desde la primera intifada en 1988. En el mismo periodo han perdido la vida 1766 ciudadanos israelíes, sin contar las 1400 personas que han muerto por los ataques de milicias palestinas desde el 7 de octubre.
Además, los heridos estos últimos días se cuentan por miles, 13 561 en Gaza y 1653 en Cisjordania, según el informe de este domingo de Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.
Las personas heridas se hacinan en los hospitales, que subsisten a duras penas, sin electricidad, sin agua, sin apenas medicamentos y bajo la amenaza constante de ataques israelíes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) denuncia por ahora 62 ataques en instalaciones sanitarias, entre ellas la realizada sobre el hospital Ahli Arab Hospital el pasado martes, y eleva el número de hospitales que han tenido que detener sus operaciones a siete (a principios de la semana eran cuatro). Varios médicos y trabajadores sanitarios han muerto en los ataques.
Según el informe, las fuerzas israelíes han ordenado la evacuación de los 17 hospitales que aún operan en la ciudad de Gaza (capital de la franja homónima), así como uno en Rafah, pero éstos no han acatado la orden al considerar que ello puede poner en peligro la vida de algunos pacientes.
Enfermedades
Esta situación hace aflorar otras consecuencias como las enfermedades, y es que los servicios sanitarios en la franja de Gaza han comenzado a detectar casos de varicela, sarna y diarrea causados por las malas condiciones higiénicas y el consumo de agua de fuentes insalubres, según ha advertido la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.
En su informe diario sobre la situación en Gaza, Naciones Unidas expresa su temor a que estos casos aumenten a menos que regrese la electricidad a la franja, cortada completamente por Israel desde hace 11 días, o pueda llegar más combustible para alimentar generadores.
El informe alerta que algunos palestinos se ven obligados a consumir agua salada procedente de pozos de uso agrícola, lo que podría causar brotes de cólera y supone riesgos para la salud tales como un posible aumento de los niveles de hipertensión, especialmente en bebés, mujeres embarazadas y personas con problemas renales.
El informe destaca la entrada este sábado de ayuda humanitaria a Gaza desde el paso de Rafah, en la frontera con Egipto, aunque advierte que el volumen de alimentos, medicinas y otros suministros básicos que pudo llevarse al territorio palestino representa apenas el 4 % de lo recibido por éste en una jornada normal.
Desplazamiento forzado
El Ministerio de Vivienda de la Franja de Gaza ha estimado que unas 164 000 viviendas del enclave, un 42 % aproximadamente del total de "unidades residenciales" del territorio, han quedado "parcial o completamente destruidas" desde el comienzo de los bombardeos israelíes el 7 de octubre.
Los ataques israelíes han "demolido por completo" 5635 edificios residenciales que comprendían 15 100 "unidades residenciales". Otras 139 000 unidades residenciales se encuentran parcialmente dañadas, de las cuales 10 656 han quedado "inhabitables", de acuerdo con el balance, recogido a su vez por la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) recuerda que, desde el comienzo de los bombardeos israelíes, 1,4 millones de personas se encuentran en condición de desplazados internos dentro de Gaza y que al menos 566 000 están refugiadas en zonas designadas por la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, la UNRWA.