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CÓNCLAVE
El proceso de elección del nuevo papa, paso a paso
Lo más probable es que se den varias votaciones hasta que se nombre un sucesor a Francisco: habrá dos columnas de humo al día, una al mediodía tras las dos votaciones de la mañana y otra tras la sesión de por la tarde.
AGENCIAS | EITB MEDIA
Euskaraz irakurri: Aita santua aukeratzeko bozketa, urratsez urrats
El nuevo Papa que saldrá elegido del próximo cónclave que se comenzará este 7 de mayo necesitará una mayoría cualificada de dos tercios, es decir, un total de 89 votos, ya que el número de cardenales electores se sitúa en 133. Tanto si se elige al papa como si no, los auditores deben proceder a comprobar tanto las papeletas como las anotaciones realizadas por los escrutadores, para asegurarse de que han llevado a cabo su tarea con exactitud y fidelidad.
A las 10:00 horas de este miércoles se concelebra la solemne Misa 'pro eligendo Pontifice', celebración Eucarística presidida por el decano del Colegio Cardenalicio, quien invitará a sus hermanos a dirigirse por la tarde a la Capilla Sixtina con estas palabras: "Toda la Iglesia, unida a nosotros en la oración, invoca constantemente la gracia del Espíritu Santo, para que sea elegido por nosotros un digno Pastor de todo el rebaño de Cristo". A continuación, a las 16:30 horas, los purpurados se reunirán en la Capilla Paulina para rezar antes de dirigirse a la Capilla Sixtina, en cuyo interior cantarán el himno 'Veni, Creator Spiritus' y prestarán juramento.
Acto seguido, se realizará una votación a partir de las 17:00 horas de la tarde y su resultado se sabrá a continuación, con la primera fogata. Si en ese primer escrutinio no se llega a la mayoría necesaria, a partir del jueves 8 de mayo las votaciones tendrán lugar todos los días: dos por la mañana y dos por la tarde.
En el caso de que los cardenales electores tengan dificultades para ponerse de acuerdo sobre la persona elegida, después de tres días sin resultado, las votaciones se suspenderán durante un máximo de un día, para una pausa de oración, libre discusión entre los electores y una breve exhortación espiritual, pronunciada por el cardenal decano de la orden de los diáconos.
A continuación, se reanudará la votación. Si después de siete votaciones, la elección no ha tenido lugar, se celebrará otra pausa para la oración, la conversación y la exhortación, impartida por el cardenal mayor de la orden de los presbíteros; y se realizará otra serie de siete votaciones. En caso de que no se produzca la elección, habrá una nueva pausa, a cargo del cardenal mayor de la orden de los obispos y se reanuda la votación, con un máximo de siete papeletas.
Si de nuevo no hay elección, se volverá a reservar un día para la oración, la reflexión y el diálogo, y en la siguiente votación se deberá elegir entre los dos nombres que hayan recibido más votos en la votación anterior. En el caso de que se llegue a esta votación, también se necesita una mayoría cualificada de al menos dos tercios de los cardenales presentes y votantes, aunque en estas votaciones no pueden votar los dos cardenales sobre los que se requiere una votación.
'Eligo in Summum Pontificem'
Los 133 cardenales electores llamados a elegir al 267º Romano Pontífice tendrán en sus manos una tarjeta de forma rectangular que lleva escrito en la mitad superior 'Eligo in Summum Pontificem' y el lugar para escribir el nombre del elegido en la mitad inferior. Cada cardenal elector, por orden de precedencia, tras haber escrito y doblado su papeleta, sosteniéndola en alto para que sea visible, la llevará al altar, donde se encuentran los escrutadores y sobre el cual está colocado un receptáculo cubierto con un plato para recoger las papeletas. Después, depositará la papeleta en el plato y la introducirá en el receptáculo, para inclinarse ante el altar y volver a su asiento.
Fumata blanca o negra
Una vez que todos los electores cardinales depositen sus papeletas en la urna, el primer escrutador sacudirá la urna varias veces para barajar las papeletas e, inmediatamente después, el último escrutador procederá al recuento de las papeletas, sacándolas visiblemente una a una de la urna y depositándolas en otro recipiente vacío.
Si el número de papeletas no corresponde al número de votantes, deberán quemarse todas y se procederá inmediatamente a una segunda votación. Por el contrario, si coincide con el número de votantes, se procederá al recuento.
Una vez terminado el recuento de las papeletas, los escrutadores sumarán los votos obtenidos por los distintos nombres y los anotarán en una hoja aparte. El último de los escrutadores, al leer las papeletas, las pinchará con una aguja en el punto donde se encuentra la palabra 'Eligo' y las introducirá en un hilo, para que se conserven con mayor seguridad.
Una vez terminada la lectura de los nombres, los extremos del hilo se atan con un nudo y las papeletas se depositan en un receptáculo o a un lado de la cantina. En ese momento, se cuentan los votos y, tras comprobarlos, se queman en una estufa de hierro fundido usada por primera vez durante el Cónclave de 1939. Una segunda estufa, de 2005, conectada, se utiliza para los productos químicos que deben dar el color negro, en caso de no elección, y el color blanco, en caso de elección.
Juramento
Cuando sea elegido el nuevo papa, los cardenales tendrán que prestar juramento y guardar secreto sobre todos los detalles que rodean la elección del nuevo pontífice y de rechazar cualquier influencia exterior.
Son varios los papables que suenan como favoritos aunque no hay candidato claro. Uno de los purpurados que suena como posible sucesor es el italiano Pietro Parolin (70 años), mano derecha del papa Francisco como secretario de Estado y figura clave en la política internacional del Vaticano en los últimos años.
El más mayor de los cardenales electores es el cardenal arzobispo emérito de Madrid, Carlos Osoro, de 79 años, y el más joven, el australiano Mikola Bychok, de 45 años. Por continentes, 53 cardenales son europeos, 37 americanos, 23 asiáticos, 18 africanos y 4 de Oceanía.