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Documentación
El papel de la izquierda abertzale en la decisión de ETA
Las decisiones tomadas por la izquierda abertzale durante los últimos años han influido de manera importante en la decisión de ETA de abandonar definitivamente su actividad e iniciar su desarme.
G. Palacios | EITB.COM
La decisión de ETA de iniciar el desmantelamiento de sus estructuras militares y la entrega de armas supone cerrar definitivamente la puerta a la estrategia militar llevada a cabo por la organización durante algo más de medio siglo y culminar así el viraje que la izquierda abertzale comenzó hace algunos años apostando por la utilización de las vías exclusivamente pacíficas y políticas para lograr sus objetivos.
Serán varios los factores que llevaron a ETA a poner fin definitivo a su actividad armada y a anunciar ahora el inicio de su desmantelamiento, pero parece evidente que el papel jugado por la izquierda abertzale durante los últimos años ha influido de manera importante en la organización.
El final del último proceso de negociación (2005-2007) provocó, entre otras cosas, la detención de Arnaldo Otegi, el arresto de 23 dirigentes de Batasuna en Segura y la continuidad de la política de ilegalizaciones, por lo que la izquierda abertzale perdió gran parte de su presencia pública e institucional.
Entre tanto, las operaciones policiales contra ETA se intensificaron entre los años 2008 y 2010 y se saldaron con las detenciones de destacados miembros de la organización como, por ejemplo, Francisco Javier López Peña, Thierry; Garikoitz Aspiazu, Txeroki; Jurdan Martitegi; Ibon Gogeaskoetxea; o Mikel Karrera.
Proceso de reflexión
En este contexto, la izquierda abertzale decide poner en marcha un proceso interno para redefinir su estrategia, y, así, en octubre de 2009 trasladó a sus bases un documento para su debate. Se trataba de un documento en el que destacaban la autocrítica y las apuestas por la acumulación de fuerzas soberanistas y por la "utilización de vías exclusivamente políticas y pacíficas".
Los principales impulsores de dicha reflexión, Arnaldo Otegi, Rafa Díez Usabiaga, Arkaitz Rodríguez, Sonia Jacinto y Miren Zabaleta fueron arrestados ese mismo mes en una operación ordenada por el juez Baltasar Garzón y bajo la acusación de intentar "reconstruir la dirección de Batasuna bajo las órdenes de ETA".
A pesar de esta operación, que dio lugar al llamado 'caso Bateragune', la izquierda abertzale siguió con su proceso y, en noviembre de 2009, presentaron ante la opinión pública los principales pilares de sus reflexiones (Declaración de Altsasu).
Sortu y el rechazo a la violencia
La izquierda abertzale consideraba que la recuperación de la legalidad y el retorno a las vías exclusivamente políticas es "el único camino posible" y el que permitirá, además, "confrontar al Estado en su flanco más débil: el político".
El 16 de febrero de 2010 la izquierda abertzale anunció a través de un comunicado que daba por finalizado su debate interno y que las bases habían ratificado la apuesta por "un proceso democrático que se desarrolle con el uso de vías y medios políticos y democráticos y que aboga por la acumulación de fuerzas soberanistas e independentistas".
La nueva estrategia de la izquierda abertzale quedaba plasmada en el documento 'Zutik Euskal Herria', que subraya que el proceso debe llevarse a cabo en ausencia total de violencia.
Finalizado el proceso de reflexión y con la nueva estrategia ratificada por las bases, la izquierda abertzale comenzó a dar los pasos necesarios para su regeneración.
Así, en febrero de 2011 presentaron los estatutos de su nuevo partido político, Sortu, para recuperar la legalidad cumpliendo las condiciones establecidas en la Ley de Partidos.
En dichos estatutos, la izquierda abertzale se opone "a cualquier tipo de violencia, incluyendo la de ETA".
El Tribunal Constitucional legalizó Sortu el 21 de junio de 2012, por lo que la izquierda abertzale recuperaba la legalidad nueve años después.
Entre tanto, este cambio de estrategia provocó que el debate se extendiera a otras organizaciones de la izquierda abertzale como Ekin, Segi o Askatasuna, que tras varios meses de debate decidieron su autodisolución para adaptarse a la nueva fase política.
Además, en marzo de 2013, Batasuna (ilegal en el Estado español, pero legal en Francia) ofreció una rueda de prensa en Baiona para informar de que había decidido su disolución.
ETA acompaña a la izquierda abertzale
Los pasos dados por la izquierda abertzale de manera unilateral fueron respaldados por ETA, y la organización armada fue tomando decisiones que culminaron con el anuncio del fin de la lucha armada.
El 10 de enero de 2011, ETA declaró un alto el fuego "permanente, general y verificable" para mostrar su compromiso "con un proceso de solución definitivo y con el final de confrontación armada".
En abril de 2011, la organización armada envió una carta a las patronales de la CAV y Navarra para comunicarles que cancelaba la exigencia del denominado ''impuesto revolucionario'' a los empresarios.
Meses más tarde, el 21 de octubre de 2011, llegó la histórica declaración de ETA en el que anunció el cese definitivo de su actividad armada.