Política -

Análisis

Legitimidad, mandato…y un par de pegas

El nacionalismo catalán es –habrá que decir desde ayer- abrumadoramente independentista. La debacle de Unió Democrática así lo atestigua.

Un colegio electoral en Cataluña. Foto: Juan Carlos Etxeberria
Un colegio electoral en Cataluña. Foto: Juan Carlos Etxeberria
Un colegio electoral en Cataluña. Foto: Juan Carlos Etxeberria

Juan Carlos Etxeberria | ETB

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Los catalanes acudieron a votar ayer masivamente legitimando como pocas veces el resultado de unas elecciones. Solo en 3 ocasiones la participación (77%) ha sido mayor: en las generales de 1977, en las de 1982 (primera victoria y mayoría absoluta socialista tras el franquismo) y en los dramáticos comicios del 14 de marzo de 2004, tras el atentado del 11-M. Las de ayer han sido, en todo caso,  las elecciones autonómicas catalanas más votadas de la historia.

Su resultado, por tanto, cuenta con la mayor legitimidad. Vaya esto por delante. Por cierto, muy llamativa la ausencia de cabinas cerradas de votación en el colegio que visitamos. Todo un síntoma de buena salud democrática y de ninguna fractura o crispación como algunos han pretendido hacer ver.

Dicho queda que el mandato democrático de ayer en las urnas cuenta con una legitimidad sin precedentes. ¿Y que plantea ese mandato? Pues que una amplia mayoría del Parlament, depositario de la soberanía popular de Catalunya, desea independizarse de España. Sí, suena fuerte, pero es así.

Una segunda lectura más centrada en la composición de dicha mayoría y del resto del Parlament también permite concluir que el nacionalismo catalán es ?habrá que decir desde ayer- abrumadoramente independentista. La debacle de Unió Democrática así lo atestigua.

En todo caso ese titular estaría incompleto sin una segunda parte: no todos los independentistas son nacionalistas. De otra manera no se entiende el estratosférico resultado de CUP que gana 200.000 votos  o el batacazo de la Plataforma de Izquierdas Catalunya Si Que es Pot.

Kataluniako hauteskundeak I27 Juan Carlos Etxeberria

Kataluniako hauteskundeak I27 Juan Carlos Etxeberria

Foto: Juan Carlos Etxeberria

Hay legitimidad democrática, hay mandato claro?y un par de pegas. La primera son los 450.000 votos que gana Ciutadans en 3 años, una cifra de la que solo se pueden descontar 100.000 votos en concepto  de trasvase PP-Cs. ¿Y los otros 300.000? Pues muchos son votos de gente que no había sentido la necesidad de pronunciarse políticamente y que ayer sí lo hizo para decir que, en su opinión, Catalunya es España?sin matices. España y prou . Votos igual de legítimos y democráticos que los glosados hasta este punto.

La segunda pega es aun más delicada y tiene que ver con la falta de una mayoría social amplia a favor de la secesión. El voto secesionista (dando por hecho que el del votante de Convergencia lo es) supera tímidamente los 2 millones. Incluso sumando parte del voto de Catalunya Si Que es Pot no alcanza los 2,3 millones sobre un censo de 5,5.

¿Es buena idea iniciar un proceso de independencia con ese respaldo? El sentido común apunta a que no pero es cierto que el argumento sensato se convierte en coartada de viejo tahúr cuando se esgrime desde las posiciones más inmovilistas. Hay gente que solo atiende a razones cuando las cosas se llevan al límite. Todavía no sabemos dónde está ese límite en esta nueva etapa política en Catalunya.

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