Política -

Solicitaban 20 años

La AN absuelve a dos presuntos miembros de ETA por falta de pruebas

La Audiencia Nacional ha absuelto a Asier Arzalluz e Idoia Mendizabal por no poder probar que enviaran un paquete bomba en 2002 al director de RNE en Bilbao, Santiago Silván. El Fiscal pedía 20 años.

Redacción

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La Audiencia Nacional ha absuelto a los presuntos miembros de ETA Asier Arzalluz Goñi e Idoia Mendizabal al considerar que no ha podido acreditarse que enviaran un paquete bomba el 17 de enero de 2002 al director de Radio Nacional de España (RNE) en Bilbao, Santiago Silván. Por este hecho,el fiscal Vicente González Mota solicitaba sendas penas de 20 años de cárcel por un asesinato en grado de tentativa.

Según la sentencia, no puede probarse que los dos presuntos miembros de ETA, a los que situaban junto a Garikoitz Aspiazu, ''Txeroki'', hubierna "decidido la acción ni dado la orden de atentar" contra Silva.

Para sustentar este argumento, la Audiencia Nacional desvirtúa la principal prueba: la cinta de una máquina de escribir hallada en el domicilio de Gorka Martínez Arkarazo en Amorebieta con el que habría escrito una carta dirigida a la dirección de ETA en la que el ''comando'' detallaba las actividades que había realizado.

El tribunal, integrado por los magistrados Javier Gómez Bermúdez, Teresa Palacios y Ramón Sáez, sostiene que la afirmación de que esta máquina de escribir fuera utilizada para escribir el informe es "una mera alegación sin sustento probatorio".

Sin embargo, otro tribunal de la Sección Cuarta en el que también se integraba la juez Palacios condenó a 15 años de cárcel a los miembros de ETA por enviar el mismo día otro paquete bomba al presidente del Grupo Correo, Enrique Ybarra.

Tampoco cuentan con suficiente entidad probatoria para justificar la condena la declaración que hizo Martínez Arkarazo tras su detención, que aseguró que contenía "cosas ciertas, otras mentiras y otras inventadas" al haberse desarrollado "bajo torturas", ni la que realizó un ertzainta en la que identificaba a "una mujer de veintitantos años, con gorra y altura de entre 160 y 165 centímetros" como la persona que entregó el paquete bomba en una oficina de mensajería.

De igual modo, la sentencia subraya que el hecho de que los acusados hayan reconocido su integración en ETA "no es indicio de que intervinieran en la ejecución del atentado contra el periodista".

El paquete, que fue recogido por el hijo del periodista, contenía unos 210 gramos de dinamita-goma. Sin embargo, no llegó a explotar porque Silván avisó a la Ertzaintza, que se encargó de desactivarlo.

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