Política -
Libro de Jesús Eguiguren
ETA dijo a Zapatero que las muertes de Barajas fueron un 'accidente'
El Gobierno, a pesar de negarlo durante mucho tiempo, volvió a negociar con ETA tras el atentado de la T-4. La última reunión fue el 21 de mayo, pero para entonces las posturas eran irreconciliables.
Redacción
El atentado que el 30 de diciembre de 2006 ETA cometió contra el aeropuerto de Barajas y que provocó la muerte de dos personas fue "el final del proceso", según señala Jesús Eguiguren en su libro ETA, las claves de la paz.
El mismo día del atentado Eguiguren estuvo reunido con Otegi. Observó al dirigente de la izquierda abertzale "muy nervioso". "Todavía no se conocía que hubo dos víctimas y me dijo que aquello no suponía la ruptura del proceso", explica. Eguiguren se puso en contacto con Alfredo Pérez Rubalcaba y éste le traslado que no había "nada que hacer".
En febrero de 2007, ETA envió una misiva a José Luis Rodríguez Zapatero en la que señalaba que el alto el fuego seguía vigente y justificaba la muerte de Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio como "un accidente". Así, la organización pedía al Gobierno retomar las negociaciones.
A pesar de que en un principio el Gobierno de Zapatero rechazó, tanto públicamente como a través de una carta enviada a ETA, volver a reabrir las negociaciones, tras el atentado de Barajas representantes del Ejecutivo central y de la banda armada se reunieron, al menos, otras cuatro veces, durante los meses de marzo y mayo.
Según explica Eguiguren en el libro en el que rememora aquel proceso de paz, mientras ETA exigía acuerdos en la mesa política para desbloquear la negociación, el Gobierno pedía a ETA una condena del atentado de la T-4 y que anunciara "el cese definitivo del terrorismo".
Las discrepancias parecían no tener fin y así se constató en la última reunión celebrada el 21 de mayo. ETA denunció ante los representantes del Centro Henri Dunant que el único objetivo del Gobierno era "dilatar el proceso" y no querer "afrontar el final del conflicto" a través de la mesa política.
Por su parte, los representantes del Gobierno respondieron que ETA lo condicionaba todo al acuerdo político y que eso no se ajustaba al planteamiento inicial del proceso.