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Crisis en Navarra

Yolanda Barcina y Roberto Jiménez, una relación tormentosa

La primera disputa pública entre ambos llegó en su primera rueda de prensa conjunta, cuando anunciaron el pacto de Gobierno.

Yolanda Barcina y Roberto Jiménez. EFE
Yolanda Barcina y Roberto Jiménez. EFE
La ley del aborto motivó la primera disputa entre UPN y PSN

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David Pérez

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El matrimonio entre UPN y PSN, que ha saltado por los aires este viernes tras la destitución del vicepresidente del Gobierno, el socialista Roberto Jiménez, se ha prolongado durante once largos meses marcados por sucesivos momentos de tensión, aunque hasta ahora la necesidad de afrontar la crisis y crear empleo había sido el pegamento que manteía el nexo de unión.

Lo cierto es que la relación entre los socios comenzó a hacer aguas desde el principio. Para el recuerdo queda la surrealista rueda de prensa con la que Yolanda Barcina (UPN) y Roberto Jiménez (PSN) anunciaron el pacto de Gobierno el 21 de junio de 2011.

Entonces, su primera rueda de prensa conjunta supuso también su primera disputa pública. El 'roce' llegó en el momento de explicar el punto del acuerdo referido al aborto, cuando el dirigente socialista aseveró, con rotundidad, que "se va a poder abortar" en la sanidad pública navarra.

Ante la sorpresa y los murmullos de los periodistas, Barcina le corrigió y aseguró que "nada va a cambiar" y que las mujeres navarras deberán irse aún a otra comunidad para interrumpir el embarazo. La leña estaba echada.

Desde entonces, las principales fricciones entre ambos dirigentes han sido motivadas por los recortes y la situación económica.

Así, en mayo, la Consejería de Economía y Hacienda, en manos de UPN, anunció que era necesario realizar un ajuste de casi 54 millones de euros para cumplir con el déficit. Los socios negociaron durante días hasta que, el 11 de mayo, suscribieron un nuevo pacto que incluía recortes en la función pública.

Pocas semanas después, sin embargo, el Ejecutivo anunció una caída de los ingresos del 13,5% que obligaba a un nuevo ajuste de 132 millones de euros.

Los socialistas, disconformes, denunciaron que el recorte fue una decisión "unilateral" de UPN y anunciaron que el Gobierno había entrado en "crisis". Los regionalistas, por su parte, alegaron que Jiménez había dado su visto bueno a la medida.

La tensión entre ambos partidos se prolongó hasta el día 7 de junio, cuando Barcina y Jiménez suscribieron una "reformulación" del pacto de Gobierno de 2011, que mantenía el recorte de 132 millones hasta concluir una análisis detallado de las cuentas.

La chispa final saltó ayer, cuando Jiménez advirtió públicamente de que el "agujero" real es superior a los 132 millones reconocidos y el PSN culpó directamente a Barcina de la situación de las arcas públicas.

La respuesta de la presidenta foral no se hizo esperar: de madrugara, y por teléfono, comunicó a Jiménez su fulminante destitución. Horas después llegaron la dimisión inmediata de los consejeros socialistas y la orden del PSN a todos sus cargos en el Gobierno para que hoy "recojan sus cosas".

Ahora, el Gobierno de UPN está obligado a reinventarse.

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