Sociedad -
En el Palacio del Kursaal
1.700 expertos se reúnen en la cumbre mundial del autismo, en Donostia
Abordan, entre otros temas, la influencia de las condiciones ambientales y los hábitos de vida, además del peso del género en el desarrollo del autismo, que afecta a cuatro chicos por cada chica.
Redacción
La ingesta de ácido fólico un mes antes del embarazo y cuatro semanas después podría reducir en un 39 % el riesgo de que el niño padezca autismo, un trastorno para el que la comunidad científica trata de encontrar biomarcadores, aunque por el momento no se han logrado resultados definitivos.
La influencia de las condiciones ambientales y hábitos de vida en el autismo, es uno de los planteamientos analizados por los más de 1.700 expertos reunidos en el Congreso Internacional sobre el Autismo-International Meeting for Autism Research (IMFAR), "cumbre mundial" de la investigación sobre el autismo, que se ha inaugurado este jueves en el Palacio Kursaal de Donostia/San Sebastián.
El presidente del congreso y jefe del Servicio de Psiquiatría Infanto-Juvenil de Policlínica Gipuzkoa, Joaquín Fuentes, ha remarcado la importancia de la ingesta de ácido fólico en el embarazo, tal y como quedó reflejado en un estudio elaborado entre 85.000 mujeres en los países nórdicos.
A pesar de que las incógnitas son todavía numerosas en lo relacionado con el del ASD (Autism Espectrum Disorder), el origen del trastorno es genético, ha aclarado Fuentes. Sin embargo, los genes no son inamovibles y su "expresión" puede modificarse según los hábitos, la alimentación o el tipo de vida que lleve una persona y estos cambios pasan a la siguiente generación y condicionar la enfermedad.
En todo caso, Fuentes ha insistido en la importancia del diagnóstico precoz.
Peso del género
Los últimos descubrimientos sobre el peso del género podrían llevar a un replanteamiento del abordaje de este trastorno, que afecta a cuatro chicos por cada chica, un ratio que se eleva a ocho varones por cada mujer si se trata de personas con coeficiente intelectual elevado.
El impacto del género en el autismo constituye uno de los vectores de las últimas investigaciones sobre este transtorno como han constatado Ami Klin, del Marcus Autism Center de Atlanta, y K. A. Pelphrey, del Yale Child Study Center, en la presentación a la prensa del seminario.
Klin ha destacado que debido a la diferencia entre niños y niñas en la incidencia del ASD (Autism Espectrum Disorder), según la terminología científica, las chicas han quedado fuera de muchos de los estudios y por lo tanto "huérfanas" del análisis científico.
Diferencias entre chicos y chicas
El investigador ha presentado un estudio basado en dinámicas visuales y elaborado entre autistas de entre 7 y 17 años en el que se ha comprobado que la forma de obtener capacidades sociales es diferente en chicos y chicas.
Así, los primeros, cuanto más miran a los ojos de sus interlocutores, menores niveles de incapacidad social presentan, mientras en las chicas la relación es a la inversa, lo que ha llevado a los expertos a concluir que ambos sexos tiene diferentes formas de relación social, una de las carencias claves en las personas con ASD.
Por ello, ha considerado que en los próximos años los tratamientos deberán ser diseñados no solo en virtud de las características individualizadas de cada paciente, sino teniendo en cuenta si es chico o chica.