Sociedad -

Tragedia en Santiago

'Era algo espeluznante'

Martín Rozas no viajaba en el tren accidentado que se ha cobrado la vida de 80 personas cerca de Santiago de Compostela. Pero desde el bar que regenta su  familia ha ayudado en todo que ha podido.

Imagen del accidente de tren de Santiago. EFE
Imagen del accidente de tren de Santiago.
Imagen del accidente de tren de Santiago. EFE

Redacción

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Martín Rozas no viajaba en el tren accidentado que se ha cobrado la vida de 80 personas cerca de Santiago de Compostela. Pero desde el bar que regenta su familia, situados a unos escasos 50 metros de donde tuvo lugar la tragedia ha ayudado todo lo que ha podido.

Fueron los clientes y los dueños de este bar del barrio de Angrois -unos 150 vecinos en la zona rural de Santiago-, los primeros en llegar a prestar los auxilios al vagón, que había aplastado el palco de la feria.

Algunos de estos vecinos han roto con sus propias manos los cristales de las ventanas del tren para rescatar a las víctimas.

Algunas, reconoce Martín, se les murieron en las manos "con mucha pena". "Era algo espeluznante", explica el joven.

Otra de las historias de esta tragedia es la de Ana Belén Leis, santiaguesa de 37 años con dos hijos pequeños, y residente en Villena (Alicante). Viajaba en el primer vagón del tren a Santiago para la celebración de una comunión este fin de semana.

Tuvo el primer impulso de ir a su casa tras el accidente ferroviario sin pasar antes por un centro médico. El siniestro ocurrió a unos escasos 400 metros de la casa de sus abuelos, donde iba a hospedarse.

Al final, tras ser atendida por su tía política, Ana Belén acudió al Policlínico de Santiago, donde permanece ingresada, con lesiones en un ojo, cortes por cristales en la cabeza y con dolor en una pierna.

Su abuela, Soledad Dubra, cuenta la historia de su nieta emocionada, con lágrimas en los ojos.

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