Sociedad -
Caso por resolver
La hermana de Miguel Ángel Martínez dice que no saben si el cadáver es el suyo
La Policía sueca les entregó hace 13 años un cuerpo mutilado sin aportar pruebas que certificaran su identificación. La familia del getxoztarra podrá hacer una tercera autopsia para confirmarlo.
Agencia | Redacción
Euskaraz irakurri: Miguel Angel Martinezen arreba: 'Ez dakigu lurperatu genuen gorpua berea ote den ere'
"Casi 13 años después desconocemos la causa, fecha y circunstancias de su muerte pero, lo que es peor, no tenemos la certeza de que el cadáver que hemos enterrado sea Miguel Ángel". Habla Blanca Martínez, coordinadora de SOSDesaparecidos Euskadi y hermana de Miguel Ángel Martínez Santamaría, joven desaparecido en 2005 y hallado muerto en Suecia sin corazón y sin tres quintas partes de su hígado.
El Ministerio de Justicia británico acaba de autorizar exhumar el cadáver para que su familia pueda realizar una tercera autopsia que aporte luz a esta sórdida muerte. La familia dispone de un año para practicar un test de ADN a los restos mortales sepultados en el cementerio londinense de Gunnesbury, y cotejar después sus resultados con los de su familia.
En una entrada del blog creado por la familia para informar sobre el caso, Blanca Martínez denuncia que la Policía de Estocolmo les entregó el cadáver hace 13 años sin ninguna prueba de que realmente fuera el joven de Getxo.
"No existen fotografías del cadáver, no existe un certificado de identificación, no nos permitieron ver el cadáver, el policía de Estocolmo que llevó la investigación desconocía el lugar donde había aparecido el cadáver, es más, toda la documentación del caso está plagada de contradicciones y mentiras", asegura.
Casi 13 años de su desaparición
Miguel Ángel Martínez (Erandio, Bizkaia, 1960) cogió un tren el 28 de abril de 2005 con más de 11.000 euros en su cuenta para realizar un viaje de vacaciones por toda Europa.
Su familia no volvió a saber de él hasta el 29 de septiembre de ese mismo año, fecha en la que recibió una llamada de una comisaría de Bilbao en la que se les comunicaban que Miguel Ángel había aparecido flotando muerto en avanzado estado de putrefacción junto a la orilla del fiordo de Lidingö, un barrio en la periferia de Estocolmo.
La policía sueca atribuyó la muerte a un suicidio y, un año y medio después, se remitió a la familia la autopsia donde se aseguraba que murió por ahogamiento.
El cuerpo fue trasladado hasta Londres, donde el joven había vivido y quería ser enterrado, y el examen post mortem que le realizaron entonces reveló que había sido mutilado.