Unas 334.000 personas sufren exclusión social en Euskadi

Euskadi tiene una de las tasas más altas de integración social del Estado, con casi el 85 % de la población viviendo en condiciones óptimas, pero mantiene "enquistada" la exclusión en el 15,2 %, lo que equivale a unas 334.000 personas, de las que 194.000 la sufren de forma "severa", el 8,8 % de los vascos.

Éstas son algunas de las conclusiones del estudio referido al País Vasco que incluye el VIII Informe sobre Exclusión y Desarrollo Social en España de la Fundación Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada (Foessa), que ha presentado este jueves el representante de su equipo técnico Guillermo Fernández en San Sebastián.

Según este estudio, el segundo para Euskadi que publica la fundación de Cáritas tras el de 2014, esta autonomía continúa registrando una de las cifras de exclusión social más bajas del Estado, después de La Rioja, Cantabria y Asturias.

Sin embargo, la exclusión "también se encuentra enquistada en la estructura social del País Vasco, como el resto de España", de manera que cinco años después del anterior informe, años de recuperación de la crisis, sigue afectando al 15,2 % de la población.

Además, en el 8,8 % la exclusión es "más severa", lo que supone que unos 194.000 vascos se encuentran en situación "especialmente vulnerable" y conforman la denominada "sociedad estancada".

El Informe Foessa para Euskadi explica que son ciudadanos sobre los que "se ceba la desigualdad y la precariedad", pues "acumulan" problemas de vivienda insegura o inadecuada, desempleo persistente o precariedad laboral extrema y también deterioro de su salud y sus posibilidades de apoyo.

El estudio advierte de que unos 360.000 vascos (16,4 % de la población), aunque ahora están en el espacio de la integración, padecen "una situación de inseguridad" pues "su colchón de resistencia es débil", lo que hará que sean "los primeros en notar los síntomas de la desaceleración económica".

Dicha cantidad de personas "ha tendido a aumentar" en los últimos cinco años, por lo que los investigadores de Foessa estiman que "esa imagen de buena situación" debe ser "matizada por el modo en el que se ha producido la recuperación", caracterizada a su juicio por "la precariedad".

El estudio cifra en unas 90.000 personas las que padecen en Euskadi "la exclusión más extrema" o pertenecen a la llamada "sociedad expulsada" pues viven "preocupadas únicamente por sobrevivir día a día".

En cuanto a las diferencias de renta entre ciudadanos, el documento sitúa al País Vasco entre las autonomías más desiguales de España y señala que presenta una "desigualdad multidemensional" por la cual la población en exclusión "tiende a estar cada vez más alejada" del resto y acumula dificultades en sus hogares "cada vez mayores".

Entre "los riesgos sociales" detectados, se menciona el acceso a una vivienda digna como el que genera "mayores dificultades", al afectar al 22,2 % de los vascos. De hecho, cifra en 50.000 las viviendas insalubres, en 233.000 las personas que residen en pisos con "gastos excesivos" que no pueden asumir (tres veces más que en 2014) y en 25.000 las viviendas con hacinamiento.

El informe Foessa destaca asimismo entre "los riesgos" de exclusión el referido a la salud, que tiene "una prevalencia mayor" que en el resto de España, pues se sitúa en el 55,5 % -un 30 % más que hace 5 años-, lo que atribuye a los mayores índices de envejecimiento y dependencia existentes en esta comunidad.

Hay 69.000 hogares en los que se han dejado de comprar medicinas por problemas de dinero, otros 62.000 en los que todos los adultos sufren discapacidad o enfermedades graves y crónicas, y 26.000 los que tienen algún dependiente que no recibe ayuda.

Así, según los datos analizados, aunque la exclusión social ronda el 15,2 % en el conjunto de la población vasca, esta tasa se eleva al 34,1 % en los hogares con dependientes y al 27,6 % en los que tienen discapacitados.

Sobre el empleo, el informe indica que "la precariedad laboral" se ha convertido en "una forma de vida estructural" para el 11,4 % de los vascos, al tiempo que el 48 % de las personas que sustentan una unidad familiar están en situación de exclusión social pese a estar trabajando.

Entre los "sustentadores" con dificultades, hay más mujeres que hombres, la mayoría se sitúa entre los 45 y 64 años, y el 10 % es de nacionalidad española.