Sociedad -
Departamento de Salud
La nueva estrategia de salud mental busca mejorar la atención y la prevención de los trastornos mentales
Respecto a los ámbitos prioritarios, resaltan, por su impacto y emergencia, los trastornos de conducta alimentaria, la salud mental infanto-juvenil y la patología dual.
EITB MEDIA
Euskaraz irakurri: Osasun mentalaren estrategia berriak buruko gaixotasunen arreta eta prebentzioa hobetzea bilatuko du
La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha puesto en conocimiento del Consejo de Gobierno esta mañana la Estrategia de Salud Mental de Euskadi 2023-2028, "una hoja de ruta, construida en torno al consenso, para avanzar en la mejora de la atención y la prevención de los trastornos mentales, así como en la promoción de la salud mental en el ámbito de la CAV".
El objetivo de esta estrategia es proporcionar una herramienta útil para mejorar la salud mental de la población, fomentar la atención integral a las personas con enfermedad mental, apoyar a sus familias y promover un modelo de atención comunitario que favorezca la recuperación e integración social.
Según ha informado Sagardui, la estrategia tiene como visión una sociedad inclusiva, solidaria y respetuosa con la diversidad, donde las personas con trastornos mentales puedan desarrollar su proyecto vital con plenitud. "Para ello esta hoja de ruta plantea varias líneas estratégicas, entre las que destacan: la incorporación de la perspectiva de derechos humanos, género y diversidad en todas las intervenciones de salud mental, el fortalecimiento del modelo de atención comunitaria, la promoción de la participación activa de las personas con problemas de salud mental y sus familias en los programas de salud mental, la apuesta firme por la prevención de los trastornos mentales y la promoción de la salud mental desde la infancia hasta la vejez y la integración de la salud mental en las políticas sociales, educativas, laborales y culturales.
Ámbitos prioritarios
Respecto a los ámbitos prioritarios de la Estrategia vasca de Salud Mental, resaltan, por su impacto y emergencia, los trastornos de conducta alimentaria, la salud mental infanto-juvenil y la patología dual (en la que confluyen simultáneamente un trastorno mental y un trastorno por uso de sustancias).