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40ª ANIVERSARIO

De la heroína al alcohol y la cocaína: 40 años del programa Proyecto Hombre de Gipuzkoa

El 4 de febrero de 1985 Gizakia Helburu-Proyecto Hombre Gipuzkoa abrió su primer centro en Ulia-Enea. Desde entonces han atendido casi a 10 000 personas. Hoy las adicciones han cambiado y el policonsumo está prácticamente en la totalidad de los casos tratados.

EITB MEDIA
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Proyecto Hombre Gipuzkoa atiende a más de 9500 personas con adicción en sus 40 años de recorrido

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ANE SANTESTEBAN | EITB MEDIA

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Euskaraz irakurri: Heroina, alkohola eta kokaina: droga-kontsumoaren bilakaera Gizakia Helburu programaren 40 urteko ibilbidean

El consumo de la heroína se extendió en Euskal Herria en los años 80 y barrió a los jóvenes de toda una generación. La enfermedad del SIDA, delincuencia por las calles... Eran años difíciles, y en medio de la alarma social, y con el fin hacer frente a esta lacra, el 4 de febrero de 1985 se abrió en Ulia-Enea, San Sebastián, el primer centro del programa Proyecto Hombre. Desde entonces ya han atendido a más de 9500 personas, 7398 hombres y 2150 mujeres, y a más de 12 000 familias.

Si se deshace el recorrido de los 40 años de vida de Proyecto Hombre Gipuzkoa se comprueba como, de una asistencia mayoritaria a personas adictas a la heroína, se ha pasado a una diversificación de adicciones mucho mayor. Las adicciones más comunes ahora son la cocaína y el alcohol, y les sigue el cannabis y las anfetaminas.

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"En la actualidad el problema es mayor, ya que el policonsumo, que es cuando se consumen más de dos sustancias, está prácticamente en la totalidad de los casos que tratamos", asegura Izaskun Sasieta, directora de programas de Proyecto Hombre, que añade que hoy no existe alarma social y que todo está normalizado.

Diferencias entre hombres y mujeres

El último informe presentado por el Observatorio Proyecto Hombre determina que el 16,7 % del total de personas atendidas en 2023 fueron mujeres. Desarrollan sus adicciones más tarde y, empujadas por la tendencia a ocultar su consumo, también solicitan ayuda más tarde. En muchos casos, tienen miedo a perder el cuidado de sus hijos por hacer pública su dependencia y tienen menos apoyo familiar, económico y social.

Aunque se atiende a personas de entre 18 y 60 años, la edad de los usuarios que acuden a Proyecto Hombre Gipuzkoa cada vez es mayor. En 2014 la edad media fue de 36,5 años, mientras que en 2023 fue de 39,9.

El estereotipo de la persona adicta que tiene una vida totalmente desestructurada hace años quedó desmontado, aunque puede haber factores familiares o de recursos que influyan. Sasieta señala que el abanico de personas que atienden en el centro es muy variado: "Los usuarios pueden combinar la adicción al alcohol y a la cocaína con un puesto de responsabilidad como administrativo en una empresa y mantener una vida familiar aparentemente normal", señala.

Antes eran adicciones a sustancias principalmente, "pero ahora hay muchas que son comportamentales", como las apuestas o las compras compulsivas a través de Internet, subraya Sasieta. "Viendo la mochila que tiene cada uno, les hacemos una valoración, y se les deriva a un sitio o a otro", señala Sasieta.

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