Sociedad -

La Audiencia de Navarra

Condenado a 25 años de prisión el autor del crimen de Ansoáin

La condena se ha hecho pública después de que un jurado popular considerara culpable al procesado, Sergio U.G.

Juicio por el crimen de Ansoáin.
Juicio por el crimen de Ansoáin.
Juicio por el crimen de Ansoáin.

Redacción

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La juez de la sección primera de la Audiencia de Navarra ha condenado al acusado por el crimen de Ansoáin a 25 años de prisión, 18 por un delito de asesinato, 3 por atentado con medio peligroso y 4 más por conducción temeraria.

La sentencia, que puede ser recurrida ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, ha sido hecha pública después de que un jurado popular considerara culpable al procesado, Sergio U.G., quien deberá indemnizar a la pareja del fallecido con 200.000 euros, a la hija de ambos, con 150.000, y un hermano de la víctima, con 70.000.

El crimen ocurrió el 18 de septiembre de 2011, durante las fiestas patronales de Ansoáin, cuando Sergio Ugal Grávalos, de 38 años, asestó tres puñaladas a Viktor Simeonov Lavchiev, de 30 años, que se encontraba ayudando a los propietarios del "Bar Tolo".

Era la una de la madrugada, una hora después de que, atendiendo a las quejas de una chica, la víctima pidiera al condenado que dejara de molestarla.

Sergio se marcho pero volvió, en compañía de dos jóvenes, y "sin mediar palabra, de forma sorpresiva para evitar cualquier posibilidad de defensa por parte de Viktor, sacó una navaja de grandes dimensiones y consciente de la alta probabilidad de acabarcon su vida le asestó tres navajazos", dice la sentencia.

Los navajazos le afectaron a la mano izquierda, el interior del brazo izquierdo y el abdomen, "que le produjeron tal pérdida de sangre que padeció un shock hemorrágico que causó su fallecimiento unas horas mas tarde".

Tras el apuñalamiento, Sergio U.G. salió corriendo del bar y en una furgoneta, junto con los dos jóvenes, trató de huir "haciendo caso omiso" a las indicaciones de detenerse que le hicieron policías municipales que habían acudido al lugar uniformados y con vehículos oficiales.

En su fuga, pisó con una rueda el pie izquierdo de uno de los agentes y otro tuvo que apartarse para no ser arrollado, pero después de recorrer "a gran velocidad" unos 50 metros, "en los que puso en peligro evidente la integridad de numerosas personas", fue finalmente interceptado por otras patrullas.

En la sentencia, se precisa que ha quedado acreditado que cuando sucedieron los hechos el acusado no tenía su facultad de conocer y/o su voluntad absolutamente anuladas, considerablemente disminuidas, ni ligeramente disminuidas en relación con la esquizofrenia paranoide que padecía ni con un estado de embriaguez.

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