Sociedad -
derechos de la mujer
50 años del fin de la licencia marital, la herramienta legal que sostenía el sistema patriarcal
Hasta hace medio siglo las mujeres necesitaban el permiso de su marido para todo: para tener dinero en el banco, sacarse el carné de conducir, denunciar o comprarse una casa. El Código Civil colocaba a las mujeres casadas en el mismo nivel que los menores, situándolas bajo la tutela de sus maridos.
ane santesteban | eitb media
Hasta hace 50 años, las mujeres casadas vascas necesitaban la autorización de sus maridos para realizar diversas acciones jurídicas, adquirir bienes, abrir una cuenta corriente o firmar un contrato de trabajo. La causa era la llamada licencia marital, que entró en vigor en 1889 en el Código Civil español, una normativa que limitaba totalmente las capacidades de las mujeres casadas.
La ley colocaba a las mujeres casadas en el mismo nivel que los menores, situándolas bajo la tutela de sus maridos, quienes asumían su representación y responsabilidad legal hasta que enviudaban. Así recogía el Código Civil: "El marido debe proteger a la mujer y ésta obedecer al marido". Era un claro ejemplo de una sociedad patriarcal.
El hombre tenía la potestad de elegir el domicilio conyugal y la mujer necesitaba la autorización de él para disponer de su propio patrimonio, hipotecarse, gestionar su propia herencia, o comparecer en un juicio. Igualmente, tenía la obligación de atender a los hijos, pero la patria potestad pertenecía al marido, que incluso podía darlos en adopción sin consultarla.
La opresión era total. La normativa estuvo en vigor durante casi un siglo, y aunque en algunas épocas hubo avances, tras la Guerra Civil y durante la dictadura franquista, se perdieron muchos de esos adelantos en materia de igualdad, lo que supuso un retroceso para la vida de las mujeres, que vieron sus libertades y, sobre todo, sus derechos, cercenados por la legislación vigente.
Durante décadas, el impacto de esta licencia en la vida diaria de las mujeres fue significativa, hasta que la Ley de 2 de mayo de 1975 devolvió a las mujeres casadas su capacidad jurídica.
Este cambio llegó gracias a diversos movimientos sociales que lucharon por una sociedad más justa e igualitaria, como el movimiento feminista, que en aquel entonces estaba cobrando fuerza.
La derogación permitió revisar leyes que limitaban los derechos de las mujeres, como el Código Civil. Así, se introdujeron nuevas normativas que fomentaban la igualdad de género, transformando el papel de la mujer en la sociedad.
Han pasado 50 años desde entonces y, hoy por hoy, la pasión por el cambio continúa, con movimientos que luchan por garantizar igualdad en todos los ámbitos.
Lisabe Velasco, investigadora e historiadora del Fondo de Memoria Histórica de la Universidad de Navarra, explica que en aquellos años se dieron avances muy importantes en materia de igualdad de género: