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Bilbao inaugura una innovadora residencia para 86 ancianos

Un máximo de 86 ancianos ocuparán la nueva residencia San Antonio, de Bilbao, construida en el edificio que albergaba la policlínica del mismo nombre, dotada de elementos innovadores.

Diez años después del cierre de la policlínica San Antonio y tras 13 meses de obras, esta tarde será inaugurada la nueva residencia, que ha supuesto una inversión de 7,5 millones de euros y que tendrá una plantilla de entre 50 y 60 personas, según han informado hoy sus promotores.

El centro para mayores, impulsado por una promotora privada, ocupa las seis plantas -un total de 3.700 metros cuadrados- de un edificio clásico del Ensanche bilbaíno proyectado hace más de 60 años por el arquitecto Emiliano Amann.

La rehabilitación del inmueble, autorizada por la Comisión de Patrimonio de Bilbao, ha respetado elementos del diseño original, entre ellos la fachada, protegida por el Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad.

El geriátrico acogerá un máximo de 86 residentes en sus 54 habitaciones, 32 dobles y 22 individuales.

Los promotores han destacado que, entre las novedosas equipaciones de la residencia, sobresale la sala multisensorial, una habitación completamente blanca en la que paredes, suelo y techo favorecen las terapias cognitivas gracias a los cambios de iluminación, la proyección de imágenes virtuales o la utilización de sonidos y olores.

Es un espacio "único en Euskadi", según los promotores, destinado a ofrecer a personas con discapacidades intelectuales (alzheimer, demencias...) actividades y experiencias sensoriales en un ambiente rico en estimulación.

La residencia, que destaca también por elementos comunes como un ascensor panorámico y un jardín vertical que reviste las paredes del patio interior del inmueble, incorpora novedades en el control y seguridad de los resientes, que entrarán y saldrán del centro con su huella digital registrada en el acceso.

Además, los pacientes con trastornos cognitivos portarán una pulsera que enviará una señal de alerta al personal de la residencia si el usuario intenta abandonar el edificio.