¿Juguete o carbón?

Ya lo dijo el poeta Pablo Neruda: “El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta”. Para el coleccionista santanderino José Miguel Varela los juguetes no son solo cosa de niños. Lleva tres décadas coleccionando juguetes antiguos y su sueño es ahora que esas piezas brillen tras las vitrinas de un museo permanente. De momento, muestra su colección al mundo a través de fotografías: Su web es uno de los más completos catálogos de juguetes de principios del siglo XX en Internet.

Al entrar en la página, dejamos atrás los videojuegos, las consolas y los muñecos electrónicos para salir al encuentro de piezas hechas de hojalata, porcelana, madera, cartón piedra, baquelita o hierro. Juguetes sencillos pero que durante décadas permitieron desarrollar la imaginación de niños y niñas.

Carbón, delicioso castigo

Los más pequeños de la casa no siempre han recibido los regalos soñados o solicitados en sus cartas. El responsable es Carbonilla, paje de los Reyes Magos encargado de vigilar a los niños durante todo el año para saber si han sido buenos o malos. El sucio trozo de carbón que los más traviesos recibían como castigo fue sustituido con el tiempo por carbón dulce. Sin embargo, esa dura pieza se reinventa hoy gracias a la pastelería valenciana Selvi. Ellos son los artífices del primer carbón de chocolate ecológico, creado utilizando la ”tecnología del vacío”.

Su textura aireada lo hace mucho más fácil de comer, tal y como reconoce su creador, el repostero Mario Padial. El actual Campeón de España de Pastelería en la especialidad de chocolate ha anunciado en “La Noche Despierta” la próxima apertura de una tienda online para facilitar la distribución de este novedoso carbón las próximas Navidades.