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Entrevistas

CULTURA

“No es obligatorio, pero sí importante que el arte sea testigo de su tiempo”

El Depósito de Aguas del Centro Cultural Montehermoso, en Vitoria-Gasteiz, acoge la exposición ‘Inguruari So - Mirar alrededor’ de Jose Ibarrola; una selección de más de 50 obras entre cuadros de gran formato y esculturas del artista bilbaíno. Junto a él recorremos y analizamos la muestra.

  • Jose Ibarrola y Estibaliz Ruiz de Azua en Montehermoso | Distrito Euskadi

    Jose Ibarrola y Estibaliz Ruiz de Azua en Montehermoso | Distrito Euskadi

    30:10 min
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"Yo quería hacer una exposición con varias series entrecruzadas, pero no una antológica", apunta Jose Ibarrola (Bilbao, 1955). La muestra Mirar alrededor, que permanecerá abierta hasta el 11 de septiembre en el Centro Cultural Montehermoso, reúne más de medio centenar de pinturas y esculturas de este artista que huye de la especialización: es pintor, escultor, ilustrador y también escenógrafo; ha trabajado como director artístico para teatro, eventos, cine o televisión en numerosos espectáculos.

En esta ocasión, el artista plástico bilbaíno ha dividido su exposición en seis áreas temáticas: 'El valor de la memoria', 'Las miradas ciegas', 'Paraguas y ausencias', 'Horizontes devastados', 'Europa a la intemperie' y 'El árbol de las tentaciones'. Defiende que, aunque "no es obligatorio", sí es importante "que el arte sea testigo de su tiempo" y nos invita a mirar alrededor "para comprender dónde estamos y de dónde venimos, para enlazar esas miradas, esas inquietudes, esas misteriosas relaciones y, sobre todo, para reivindicar la memoria como un elemento activo que nos construye e identifica como individuos".

Con esta idea en mente, un recorrido por las diferentes salas nos permite viajar a otra época, a través de las pinturas más conocidas del Renacimiento, como El nacimiento de Venus de Botticelli, en la versión de Ibarrola. No faltan los paraguas, elemento metafórico con el que el artista recuerda a las víctimas de ETA y, en especial, de José Luis López de la Calle; ni los retratos s que nos hablan de la Europa actual, una Europa "decadente" que le duele al artista.

La parte escultórica de la muestra es la más "surrealista", con materiales reciclados que revierten la razón primigenia de esos volúmenes para crear imágenes de otra trascendencia.