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CIENCIA

La ciencia avala que todos tenemos un doble con el que compartimos material genético, pero no parentesco

¿Todos tenemos un doble en algún rincón del mundo? ¿Qué se esconde realmente tras ese parecido razonable? Un estudio del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras aporta la explicación biológica.

  • Descubierta la explicación biológica de por qué todos tenemos un doble | Foto: @CarrerasIJC

    Descubierta la explicación biológica de por qué todos tenemos un doble | Foto: @CarrerasIJC

    10:24 min
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Investigadores del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, liderados por el Dr. Manel Esteller, han descubierto que las personas extremadamente similares, pero sin vínculo familiar, comparten muchos de los genes encargados de la formación de los rasgos faciales. Esto explica, desde el punto de vista biológico, la aparición de "dobles" en lugares remotos, y podría ayudar a la identificación de personas a partir del material genético, lo que sería de gran interés en la medicina legal y forense. Los resultados del estudio también proporcionan las bases para que, a partir del análisis de la imagen y la forma de la cara, se puedan diagnosticar enfermedades genéticas.

El investigador Carlos García Prieto recuerda que todos los seres humanos compartimos como especie el 99,9% de nuestro ADN, por tanto, los rasgos que nos definen a nivel de individuo están encerrados en el 0,1% restante. Es en ese porcentaje en el que se ha focalizado el estudio en el que, tras la pertinente selección, han participado 16 parejas de "gemelos virtuales". Se analizó su secuencia de ADN (genoma), su perfil epigenético (mecanismos de regulación del genoma) y su composición de microbios (microbioma).

Los resultados han permitido descubrir que los dobles humanos comparten variaciones similares de su ADN, particularmente en relación con los genes involucrados en la formación de la boca, la nariz, los ojos, la barbilla y la frente. Lo "llamativo" es que esas similitudes, además de afectar a otras propiedades físicas -como la altura o el peso-, también se extienden a ciertos rasgos del carácter y comportamiento.