Cerrar

Entrevistas

VIOLENCIA CONTRA MENORES

La violencia sexual contra menores: El reto de desenmascarar una realidad oculta en muchos casos

EITB Media

La Fiscal Delegada de Menores en Gipuzkoa, Mercedes Bautista, recuerda que, según las estimaciones y datos existentes, "únicamente se denuncian entre el 10% y el 15% de los casos", en lo que se refiere a violencia sexual infantil.

  • Imagen: Menores de espaldas   Fuente: Public domain pictures

    Imagen: Menores de espaldas Fuente: Public domain pictures

    21:13 min
imagen player
imagen player
imagen player

Entre 2000 y 4000 jóvenes menores de 18 años podrían haber sufrido algún tipo de violencia sexual en Euskadi a lo largo de su vida, según datos oficiales aportados por la consejería de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno vasco. "El 80% de los agresores son conocidos, del entorno familiar o cercano a la familia", apunta Mercedes Bautista. Respecto al tipo de violencia ejercida, "hay una gran parte que no es violencia física, que es la más fuerte. Pueden ser tocamientos u otro tipo de cosas que van a marcar al menor". Otro dato significativo es el que hace referencia al género del victimario, que en su mayoría son hombres, según estudios y datos realizados y recabados por organizaciones como Save The Children o la Fundación Anar.

Para tratar de identificar este tipo de violencia hacia menores, "es muy importante la formación en el colegio", añade la Fiscal Delegada de Menores en Gipuzkoa. Para ello, se antoja clave formar al profesorado y también impartir "charlas informativas a los menores, para que ellos sepan que están siendo víctimas" llegado el caso. Además, Bautista aboga por extender esa formación a otros ámbitos, como el sanitario. En este sentido, destaca la labor que realizan los pediatras, quienes pueden constituir una "fuente de información y pueden detectar estos extremos que en ningún otro ámbito se van a poder detectar".

Mercedes Bautista incide en cómo se debe actuar en caso de que haya una sospecha de que un menor o una menor estén siendo víctimas de violencia sexual. "Lo que no hay que hacer es interrogar al niño o niña", sobre todo en edades por debajo y hasta los 10 años, recalca. Las señales que pueden llevar a una sospecha pueden ser "cambios bruscos de ánimo, síntomas psicosomáticos que antes no tenía, el conocimiento sexual no adecuado para su edad, o conductas sexuales o masturbación compulsiva". De producirse alguno de esos comportamientos y "si se desarrollan en un período de tiempo", lo correcto es comunicarlo a la dirección del centro educativo, si es que esas pautas de comportamiento se han detectado en el entorno escolar. El caso se derivará a los servicios sociales, y, si procede, a la Fiscalía.