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TEATRO

Carmelo Gómez: "Ahora sí que siento una vocación muy fuerte en este oficio"

El actor lleva al escenario 'Las guerras de nuestros antepasados", texto antibelicista de Miguel Delibes con el que reflexiona sobre cómo impactan y condicionan nuestra personalidad y libertad de elección los mandatos familiares y sociales heredados de generación en generación.

  • Carmelo Gómez y Miguel Hermoso en 'Las guerras de nuestros antepasados'. Fuente: Teatro Arriaga

    Carmelo Gómez y Miguel Hermoso en 'Las guerras de nuestros antepasados'. Fuente: Teatro Arriaga

    22:41 min
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Hace tiempo que Carmelo Gómez se autoexcluyó del circuito comercial cinematográfico porque siente que "el cine se parece más a las series que otra cosa". Lo dice "completamente convencido". Considera que estar en el mercado "es hacer concesiones partidistas, ideológicas y económicas", y a él hacer concesiones no le gusta. "Es ponerlo todo a una sencillez que empieza a ser burla. Ahí no estás entregado en cuerpo y alma; es más bien un trabajo de supervivencia", asegura. Por eso se focaliza en el  teatro desde años, convirtiendo el escenario en una especie de vehículo hacia la reconciliación con la profesión. "Ahora sí que siento una vocación muy fuerte con este oficio. Muy grande, muy grande", confiesa.

Esa vocación le lleva al Teatro Arriaga con Las guerras de nuestros antepasados, la adaptación de Eduardo Galán al texto con el que Miguel Delibes criticaba no solo el sinsentido de las guerras, sino también la huella que dejan en el comportamiento social en forma de herencia generacional. Metido en la piel de Pacífico Pérez, nos muestra el peso de los mandatos familiares y sociales y de los roles y cómo "para cumplir con ellos muchas veces tenemos que ir frustrando nuestros impulsos, quereres y nuestra sensibilidad". "Y eso yo lo he vivido -recuerda- porque he sido un crío en un entorno duro, en el que a la tierra había que sacarle rendimiento".

A Carmelo Gómez le han dado muchos premios (incluido el Talía al Mejor Actor Protagonista de la Academia de las Artes Escénicas por su papel en esta obra), pero es la cercanía y el reconocimiento del público la que sigue siendo su mayor recompensa. Y la que le mantiene focalizado en el sentido de su trabajo. "Un premio siempre te va a agradar, pero poner el objetivo en ganar un premio es poner todo a tu favor, y cuando todo está a tu favor no está a favor de la obra", asegura.