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HISTORIA

Niños de la guerra: recomponiendo el puzzle de una memoria fragmentada

Las Asociaciones Niños de Rusia de Euskadi y de Asturias conmemoran en Santurtzi el 86º aniversario de la evacuación de más de 4000 menores a bordo del buque 'Habana' en plena Guerra Civil. En torno a 1500 llegaron a Leningrado.

  • Vitori Iglesias y Pablo Benítez, niños de la Guerra Civil

    Vitori Iglesias y Pablo Benítez, niños de la Guerra Civil

    21:07 min
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El 13 de junio de 1937, más de 4000 niños y niñas vascas de entre 4 y 14 años subieron a bordo del buque Habana y partieron desde Santurtzi huyendo de la Guerra Civil. Algunos desembarcaron en Bélgica, otros en Francia, y otros trasbordaron hacia Inglaterra. En torno a 1500 de ellos continuaron viaje con destino Leningrado en el carguero Sontay. Acogidos por la Antigua Unión Soviética, lo que iban a ser unos meses de estancia acabaron convertidos en dos décadas. Los que decidieron regresar a casa comprobaron pronto que esos 20 años de separación física también lo fueron, en muchos casos, de separación afectiva. Ni ellos y ellas eran los mismos, ni lo eran sus familias. "Tenían dos patrias pero ninguna completa", como señala Gonzalo Barrena, vicepresidente de la Asociación de Niños y Niñas de Rusia de Asturias.

El testimonio de Vitori Iglesias corrobora esa sensación de doble separación. Ella tenía 4 años cuando embarcó. Volvió con 25. "Cuando volvimos, volvimos a otro mundo. Aquí todo era negro, tercermundista", recuerda. "Por la bajada de Castrejana se veían todas las casas de Bilbao renegridas, con la ropa colgada fuera. Eso no se veía allí. ¿A dónde hemos venido?", se preguntaba. "Veníamos con estudios", apunta Pablo Benítez tras pasar 18 años en la URSS, "y aquí eran todos analfabetos".

Las voces de Vitori y de Pablo son memoria viva, pero atrás quedaron muchas historias incompletas. Y es que hay que recordar que fueron cerca de 50 mil los niños y niñas de todo el Estado español los que marcharon a otros países buscando seguridad y un futuro mejor. No iban solos. Les acompañaron unos 130 maestros, maestras y educadores. Partes de muchas de estas vidas vividas fuera están perdidas o incompletas. Por eso Gonzalo Barrena habla de "memoria fragmentada" y de la necesidad de "fijar y recomponer el puzzle" de esa memoria colectiva y de esa parte de nuestra historia. "La memoria democrática repara y da paz porque te permite saber qué ocurrió", reivindica.

De ahí también la importancia de actos de reunión como el celebrado en Santurtzi por las asociaciones de Niños de Rusia de Asturias y de Euskadi cuando se cumplen 86 años de la evacuación. Ha sido en forma del Primer Encuentro de los Niños de Rusia - Niños de la Guerra. Un acto de recuerdo junto al mosaico que, en el puerto pesquero, conmemora la partida del Habana y de los miles de niños y niñas que transportaba.

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