El Alavés pone rumbo al ascenso directo

El  ascenso a Primera División del Deportivo Alavés ha dejado de ser una utopía. La convulsa segunda división y su alta competitividad no facilita  los pronósticos, pero la afición albiazul  acaricia un sueño que alcanza, jornada tras jornada, altas dosis de probabilidad para convertirse en realidad.

El equipo del Paseo Cervantes  comparte el liderazgo con el Leganés en la división de plata a falta de cuatro jornadas  para el  final de la sesión regular y en firmes condiciones de aspirar al ascenso por la vía directa, sin esperar  a la suerte súbita de los play-offs.

El conjunto alavesista afronta las cuatro últimas jornadas con cuatro puntos por encima de su más inmediato adversario. Es decir, sumando nueve de los doce puntos en juego, los de Bordalás conquistarían el derecho a jugar el próximo año en la liga de las estrellas. Dependen de sí mismos en una competición marcada por la extrema igualdad y  los resultados ajustados.

La ventaja con que cuenta el Alavés en el calendario final de liga es que sus tres próximos encuentros: Ponferradina  y Numancia en Mendizorrotza, con la visita entre semana al Bilbao Athletic en Lasesarre, parecen más asequibles que las visitas a Zaragoza y Lugo que les esperan al Nastic, además de recibir a Osasuna.

Los albiazules tienen la presión, por otra parte, de que les convendría lograr matemáticamente el ascenso antes de la última jornada, en la que les espera en su feudo el Nastic de Tarragona con  el “ average” a favor, puesto que venció 1-3 durante la primera vuelta en Mendizorrotza.

Los de Bordalás han compensado sus dificultades para sumar puntos en Mendizorrotza, convirtiéndose en el equipo de toda la categoría que más partidos ha ganado fuera de casa. No es el conjunto albiazul, sin embargo, el que más fácil ve puerta. Si fuera por su habilidad goleadora, el conjunto vitoriano estaría en la mitad de la tabla, pero su solidez defensiva le ha permitido rentabilizar al  máximo cada una de sus dianas entre los tres palos para liderar actualmente la categoría junto al Leganés.

Desde el pasado mes de Febrero, las expectativas albiazules han venido oscilando entre el optimismo que otorgan los puntos obtenidos en los desplazamientos y el pesimismo por la impotencia demostrada en casa para ganar con la solvencia que exige aspirar al ascenso.

El  último partido en Alcorcón ha hecho que el aficionado haya salido del bucle entre la euforia y la depresión, para situarse en la dimensión realista de que el ascenso es una posibilidad al alcance de la mano. Sumar tres puntos en un campo difícil, frente a un adversario incómodo, refuerza la cohesión interna del equipo, supera complejos y genera ilusión en el entorno.

La familia alavesista, que conmemora estas fechas la efeméride más brillante de la historia club,  la inolvidable final de la UEFA  en Dortmund frente al mítico Liverpool, anhela celebrar, quince años después,  un ascenso que simbolice el cierre a un ciclo infernal de tres lustros, en el que ha tenido que sortear, incluso, hasta la amenaza de su propia existencia. La sufrida afición de Mendizorrotza se ha hecho acreedora de una alegría como la de recuperar aquella categoría perdida con la que sueña cualquier club.