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Opinión
La Columna de José Félix Azurmendi (02/05/2015)
José Félix Azurmendi | Radio Vitoria
¿Día internacional del trabajador, o día internacional del trabajo? Los medios ante el 1º de Mayo. Podemos pisa la tierra electorial.
¿Día internacional del trabajador, o día internacional del trabajo?
Hasta hace poco, el 1º de Mayo era el día internacional para exigir derechos para los trabajadores. Hoy, lo veo más como una jornada para reclamar trabajo, al menos en nuestro entorno más próximo. He de confesar que me ha llevado a fijarme en este matiz la ausencia de algo nuevo que reseñar en la celebración de ayer. Marchas, escenarios, consignas y banderas, y titulares de prensa, se parecen demasiado a otros anteriores como para presentarlas como noticia, que es la difusión de algo nuevo. Incluso las coloridas manifestaciones de países exóticos como Tailandia, Filipinas o Indonesia, además de las clásicas como la de La Habana, se parecen demasiado a otras anteriores. Hasta los incidentes de Estambul suenan conocidos.
Los diarios vascos no se han roto la cabeza: ELA y LAB se manifiestan un año más por separado; UGT y CC.OO. comparten manifestación. La crisis presente en las consignas, etc. El personal está en otra cosa, en el puente, en la precampaña electoral, con los ojos puestos en el desastre de Nepal, que gracias o por culpa de sus ocho miles nos parece a los europeos algo muy cercano, no como las Filipinas, donde un desastre reciente en forma de tifones y sunamis dejó más de diez mil muertos y no tuvieron la atención de Nepal. O está en la dimisión de Juan Carlos Monedero, en el cruce de cartas de amor entre sus dirigentes más destacados, en Podemos, como si les fuera en ello el futuro.
Deduzco que te parece exagerada la atención que los medios le dispensan
Me parece exagerada, mal intencionada, militante. Por cierto, algunas de las reflexiones que leo estos días a propósito de la crisis de Podemos me recuerdan otras que se hicieron a comienzos de la Transición en derredor de Herri Batasuna. HB se constituyó como un lugar de encuentro de católicos, ateos, marxistas de tres familias, ácratas, asamblearios, movimientos obreros y ciudadanos, asociaciones de vecinos, ecologistas, antinucleares e individualidades de reconocido prestigio. Se configuró inicialmente como una suma de fuerzas sin ataduras partidarias, de gran frescura y vigor, pero pronto se descubrió como poco adecuada para la política institucional y muy permeable para las dobles militancias. En HB creyeron en vano atajar el problema limitando la participación institucional de sus electos, tratando incluso de crear instituciones y estatutos alternativos.
Como Podemos hasta que ha pisado tierra, tierra electoral…
No puede ser igual porque la izquierda abertzale estaba demasiado afectada en aquella Transición por la estrategia armada, y Podemos, en esta segunda a la que dice aspirar, no padece ese lastre. Pero algo comparten. Los más avisados en la izquierda abertzale decidieron entonces que aquella forma de organización y debate era ingobernable y peligrosa, y se dieron a enderezarlo, instalando a sus hombres más formados –eso creían- en cada una de las organizaciones de base en nombre de la eficacia y siempre al servicio de las vanguardias.
No se habló en HB de Círculos, como lo hace Podemos, pero sí de asambleas populares que debían cumplir papeles muy parecidos a los que Juan Carlos Monedero parece reclamar para su movimiento. Una y otra formación nacen en efecto como movimientos transversales, pero una y otra se dan de bruces con una realidad en la que utopía y voluntarismo no tienen cabida. Y una y otra tenían desde el principio un comité de sabios que sabían qué era lo conveniente. Se reclamaba en HB y se reclama ahora en Podemos una tensión y equilibrio entre calle e instituciones, además de una práctica política de base, fácil de teorizar pero muy difícil de llevar a la práctica.
Dejo para otro día el comentario sobre la oportunidad de la vía vasca a la Paz y el derecho a decidir propuesto por EH Bildu al PNV, al que le veo un aspecto con futuro: el del desarme unilateral de ETA.