alguien te está escuchando
Arabako Kronika
La tauromaquia se adueña de la actualidad política en Araba
Mientras Vitoria-Gasteiz se queda sin toros en la Fiestas de la Blanca, el Tribunal de Cuentas del Estado echa un capote al Partido Popular en el affaire de la calle San Antonio.
-
3:51 min
El Iradier Arena cierra las puertas a las corridas de toros pero las artes de la muleta salen por la puerta grande y se instalan en la política alavesa.
El Diputado General, Ramiro González, exhibe un nuevo triunfo en la arena presupuestaria y Podemos se mete en un encierro que puede dejar para el arrastre al partido de los círculos en las Juntas Generales. Las broncas se las lleva el viento, pero las cornadas dejan heridas que alientan fracturas.
Eh-Bildu, después de que la feria taurina salga- o no vuelva a entrar – en el Iradier Arena, se reserva el arte de Cúchares para los foros institucionales. Sus votos garantizan en la Plaza de la Provincia que el proyecto foral de los presupuestos no sea devuelto a los corrales de Diputación.
En el Ayuntamiento, sin embargo, dicen desde la coalición soberanista, que la faena está sin terminar; se sienten burlados, piden un mano a mano con el alcalde y lanzan un primer aviso. Quieren ver reflejados con garantía los colores de su divisa en las cuentas que se elaboran en los despachos sobre los arcos de Olaguibel, que dan hechura de coso a la Plaza Nueva.
No saben si el alcalde juega al inmovilismo de Don Tan Credo, si guarda verónicas de embrujo en la muleta o un saco de capotazos; pero creen que ha llegado el momento de coger el toro por los cuernos, antes de que el astado les coja a ellos.
El Partido Popular atónito y receloso, lanza embestidas al aire sin capotes que le atiendan. Se mantiene al quite, esperando la suerte de un traspiés ajeno que le permita entrar en faena. Tan amarga es la soledad del paseíllo que no le importa prestar sus votos a una enmienda a la totalidad de Irabazi ni coincidir con los díscolos de Podemos a la hora de intentar una estocada a los presupuestos forales, aunque esté condenada de antemano a pinchar en hueso.
El alivio al Partido Popular le ha llegado a través de una larga cambiada desde el Tribunal de Cuentas del Estado.La magistrada y ex-ministra de Aznar, Mariscal de Gante, de un trincherazo con la muleta firme en la derecha ha devuelto a chiqueros un astado, que empitonaba peligrosamente la faena de Alfonso Alonso y Javier Maroto en el albero de San Antonio. El voto particular del presidente de la Sala ha impedido que la faena sea redonda.
La ponente absuelve a los encausados porque el contrato privado de San Antonio entra en la discrecionalidad administrativa, sin que el informe de la Unidad Técnica sea vinculante y porque no puede entrar en razones de oportunidad o eficacia – dice- en el uso de los fondos públicos. El presidente de la Sala, Felipe García, considera que existió infracción legal porque el contrato vulneró los principios de la buena administración y hubo daños a los fondos públicos. Un tercer miembro de la sala, nombrado a propuesta del PP, mete la puntilla inclinando con su voto la balanza a favor de los intereses de Alonso y Maroto.
División de opiniones. Aplausos discretos en sombra, satisfacción en barrera para haber escurrido el bulto y pitidos en los tendidos de sol. La más contundente Miren Larrión que en su cuenta de Twiter dejó escrito: “hoy volvemos a recordar que algunos cuando pierden un juicio no cambian de abogado; cambian de juez, perdón– matiza con ironía– de jueza”.
Ajeno a las embestidas políticas y con la unanimidad del tendido aplaudiendo su regreso, vuelve Pablo Prigioni a Vitoria. El veterano base argentino retorna, después de su paso por la NBA, al club con el que más tardes de gloria ha tenido en su vida deportiva. Josean Kerejeta no ha querido prescindir de la sabiduría y del carácter de este excelso director de juego en la última suerte como jugador profesional. Su reaparición, el miércoles 21 de Diciembre, frente al Barcelona en Euroliga puede provocar un lleno hasta la bandera. Pablo Prigioni se cortará la coleta en Vitoria, pero más de uno percibe en su vuelta un cierto aroma de regreso al futuro.