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Opinión
La columna de José Félix Azurmendi (20/01/2018)
Reflexiones sobre la actualidad de la semana: pensiones y baja natalidad, cuestión catalana, servicio militar obligatorio en Francia y traslado de los presos de ETA en Francia.
Tx. ¿Qué podríamos recordar de esta semana que concluye?
JFA. Esta semana se ha hablado mucho de pensiones y de la muy baja tasa de natalidad, asuntos ligados entre sí, de futuro preocupante e incierto. Se ha hablado mucho también de fenómenos naturales, de inundaciones y oleaje, que siempre parecen sorprender, aunque nunca sean ni nuevos ni imprevisibles. Y esta semana se ha seguido hablando de la crisis catalana, de la que se seguirá hablando todavía más en los próximos días. Si hubiera que hacer caso a los titulares de los diarios de nuestro entorno, todo demostraría que la crisis en cuestión está alentando el centralismo entre los españoles, y que también los separatistas están hartos de este procés. Sucede sin embargo que, cada vez con más descaro, los diarios de nuestro entorno son más vehículos de propaganda que de información. Más que hartos, diría yo que separatistas y unionistas estamos desconcertados.
Le preguntaban insistentemente el otro día al portavoz del Grupo Vasco en el Congreso Español Aitor Esteban en Euskadi Irratia sobre si el PNV prestaría sus votos a la aprobación de los Presupuestos del Gobierno central, y Aitor echaba mano de su rico conocimiento del euskera vizcaino para no decir que sí ni lo contrario, porque del nuevo Presupuesto depende la materialización de unos cuantos acuerdos a los que es difícil renunciar. El PNV pone como condición para su apoyo la normalización de Catalunya, la suspensión del 155, lo que a día de hoy no está nada claro. Mariano Rajoy, maestro de la oratoria evanescente, ha dicho al respecto, y es textual, que el PNV aflojará por la fuerza de los hechos.
Tx. ¿Qué más fuera de la cuestión catalana?
JFA. El alcalde de Bilbao, Juan María Aburto, tan mesurado y prudente siempre, ha dejado esta semana para la reflexión un par de sentencias que me han sorprendido. Responsabilizó a “los de siempre” de las pintadas realizadas en el Casco Viejo después de la gigantesca manifestación del sábado pasado en contra de la política penitenciaria y les exigió respeto, si quieren ser respetados ellos. Y ha dicho también esta semana a propósito del asesinato de un matrimonio de ancianos en Otxarkoaga que, en Bilbao, quien hace la paga. Los políticos con responsabilidades de gobierno no suelen hablar a humo de pajas, y menos los alcaldes, que son los que mejor interpretan los latidos de su clientela. Habrá que pensar pues que lo dicho la interpreta y está destinada a tranquilizarla.
Con la alusión a “los de siempre” me recordó a su predecesor Iñaki Azkuna, pero ni temperamento ni circunstancias son homologables. Nadie parece haber tenido interés por otra parte en ahondar en esta cuestión, y no desde luego su autor. Lo de que “aquí, quien hace la paga”, sí merecería una reflexión más profunda, por su calado y porque está destinada a satisfacer sentimientos muy extendidos en momentos de intranquilidad, no siempre aceptables. No me pareció, he de confesar, muy pedagógico.
Tx. ¿Algún asunto más?
JFA. De París llega la noticia de que el servicio militar será de nuevo obligatorio entre los 18 y 30 años, justificándolo en el despliegue que exige la amenaza terrorista, lo que no es un tema menor, a pesar de que entre nosotros no está teniendo excesivo eco. Confirma también París que los presos de ETA serán trasladados progresivamente a prisiones más próximas al País Vasco, lo que algo debe tener que ver también con la necesidad de mejorar la vigilancia de los presos yihadistas. A Madrid le ha producido incomodidad la noticia, se la ha producido a la Asociación de Víctimas del Terrorismo que representan Mari Mar Blanco y Consuelo Ordóñez, que han anunciado que acudirán a las autoridades francesas para explicarles lo inconveniente de su medida. Ha dicho la diputada Mari Mar Blanco en referencia a los presos de ETA, que “nada les debemos y nada les daremos”. Estas sentencias redondas destinadas al titular de prensa las carga el diablo.
Y, para terminar, Txillardegi ya tiene una pared-muro que le recuerda, no sin polémica, en su Antiguo natal, en el mismo lugar en el que estuvo la casa-caserío que adoptó como feliz pseudónimo. Que sea un muro y que sea en una plaza que la han llamado Gascoña, se presta a más de un comentario. El alcalde de Donostia no estuvo muy afortunado cuando justificó que no se le hicieran otro tipo de homenajes más oficiales en que, junto a todos sus méritos, también estaba el que fuera fundador de ETA. ¡Qué lástima que no viviera el alcalde Ramón Labaien para que le explicara la vida y milagros de su amigo José Luis Álvarez Enparanza!