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Crónica de Euskal Herria
José Félix Azurmendi nos relata su crónica de Euskal Herria
José Félix Azurmendi analiza la actualidad en su crónica de Euskal Herria
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José Félix Azurmendi
7:54 min
Tx. La noticia de la semana está muy clara en esta ocasión…
JFA. La última importante noticia arrumba a la anterior importante noticia. El adelanto electoral parece ser la última importante noticia, y se ha comido a la importante noticia del juicio contra los patriotas catalanes, que había acabado a su vez con la polémica del relator, y así sucesivamente otras, sin reparar demasiado en lo que es informativamente más efímero o duradero. Toca hoy hablar de las elecciones generales adelantadas al 28 de abril, toca preguntarse por las razones que le han animado a hacerlo al presidente Sánchez; toca reflexionar sobre los efectos positivos o negativos que esa medida vaya a tener en los resultados de cada formación política, en esos comicios, y en los que seguirán en mayo, un mes después. Hay que suponer que el presidente del Gobierno español es de la opinión de que el adelanto va a beneficiar a su partido, al menos a la parte que él controla. Ahora todos están obligados a decir que les coge preparados, que no temen a la consulta adelantada, que era inevitable, dicen. Todos, menos el lehendakari Urkullu, que lo ha sentido como una derrota personal.
La experiencia dice que las elecciones generales benefician en Euskadi a las opciones de ámbito estatal, pero también dice que el PNV siempre ha sido capaz de convencer a una buena parte de sus votantes habituales de que les conviene un PNV fuerte en el Parlamento español. Tras el protagonismo reciente que ha tenido en los últimos tiempos de Rajoy y en los primeros de Sánchez, no le van a faltar argumentos. Para EH Bildu no es esta la consulta más motivadora, y algo tendrá que hacer para convencer a los suyos de que los que ahora sean electos van a tener más visibilidad y razón de ser en Madrid que sus precedentes: solo si Jon Iñarritu encabezara sus listas al Congreso la oferta resultaría creíble, pero las inercias son grandes en la izquierda abertzale. Uxue Barkos ha propuesto una lista conjunta del cuatri o penta partito para presentarse en Madrid, lo que no deja de ser una propuesta voluntarista de poco recorrido, si no una manera de minimizar los probables malos resultados de Geroa bai. No soplan buenos vientos para Ahal dugu-Podemos, ni en la CAV ni en Nafarroa, y los que le llegan de fuera son todavía menos propicios. La derecha, también en Euskal Herria, se dice encantada con el adelanto, y tiene motivos para ello, en la medida en que poco arriesga, constatada la debacle que se les anunciaba. Políticas de coalición y geometrías variables son conceptos que se manejarán profusamente en las próximas semanas y meses: por aquí, ya estamos entrenados.
Tx. Has sugerido que no se repara en lo que es efímero y lo que es duradero
JFA. Reconociendo que en este tiempo incierto e inestable lo que viene en abril y mayo es importante, no deja de ser también efímero, a mi juicio, especialmente por esa gran volatilidad que todos le reconocen. Lo que no es efímero es el desajuste de un Estado empeñado en desconocer las raíces profundas de su plurinacionalidad y la necesidad pendiente de la autodeterminación de sus pueblos y gentes. En este momento es Catalunya la que hace sentir con más fuerza su insatisfacción con la forma de Estado, pero antes lo fue Euskadi, a la espera de cómo evolucione esa conciencia en Galiza, sin descartar en el futuro a las Islas Afortunadas. La reacción españolista y centralizadora de las derechas, cuyo gran-nacionalismo siempre estuvo ahí, y la de sectores del PSOE, que también lo tuvo siempre en su seno, no son sino manifestaciones de ese problema de Estado irresuelto y fallido, que el Procés está haciendo evidente ante los ojos de todo el mundo. Esto es lo que me parece más duradero, y más efímero o circunstancial el resto, desde una perspectiva de Estado.
Tx. Y, en medio de las campañas electorales, el Juicio al Procés
JFA. Se intentó que no coincidieran, se dice que se puede conocer la sentencia antes del 28 de abril, pero va a estar inevitablemente presente en toda la campaña. Arrancó el juicio, se dificultó la presencia en sala de observadores incómodos, se alejó en la calle a las presencias solidarias, pero la presidencia del tribunal está actuando como quien se sabe muy observado. Se empeñan buena parte de los comentaristas de los medios de comunicación en encontrarle fallos a la lección magistral, que eso fue, más que un alegato de defensa, de Oriol Junqueras. Los más cínicos lo analizan como un error para los intereses del juzgado. Los más sesudos tratan de encontrarle contradicciones en relación con el alegato de Forn. Los más perversos lo interpretan como el relato de un místico fuera de la realidad, incapaces de reconocer que todavía hay quien cree en lo que hace y hace lo que cree, al margen de cálculos oportunistas. La de Junqueras fue una lección magistral, bien pensada, elaborada y dicha, con visión de futuro, que desasosiega e incomoda a los pragmáticos, a los apologistas de la política realista.
Seguiremos hablando del juicio, seguiremos hablando de Catalunya y el derecho de autodeterminación, seguiremos hablando de Franco, cuya exhumación prometida, anunciada y postergada sigue haciendo verdad lo de que se dejó todo atado y bien atado. Un cuñado de Ruiz Gallardón, el hijo de un ministro franquista, será el encargado de demostrar con la ayuda de los tribunales que los restos del dictador no se tocan, no se exhuman, no se profanan. Sería cómico si no fuera trágico.