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Crónica de Euskal Herria
José Félix Azurmendi nos relata su crónica de Euskal Herria
José Félix Azurmendi analiza la actualidad en su crónica de Euskal Herria
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José Félix Azurmendi
7:33 min
Sabatina del 19 de octubre de2019
Radio Vitoria –José Félix Azurmendi
Tx. Barcelona, Catalunya es sin duda la noticia de esta semana, y tal vez de las que siguen
JFA. Hace tiempo ya que el centro de Barcelona se había convertido en lo más parecido a un plató de televisión en el que masas de personas venidas de todos los lugares por tierra, mar y aire disparaban apresuradamente los objetivos de sus teléfonos y dejaban constancia de que ellos estuvieron allí. Hace tiempo ya que la ciudad se siente invadida y hollada, y sus ciudadanos se lamentan del exagerado éxito de esos escenarios que tienen en la inconclusa Sagrada Familia el epicentro del reclamo. Hace tiempo ya que se convirtió la ciudad en un gigantesco plató de cine y televisión, y a nadie debe extrañar, al margen de las interpretaciones malintencionadas, que sean las imágenes fuertes, sorprendentes e imprevistas las que conciten mayor atención, seguimiento e impacto.
Que cientos de miles de personas desfilen ordenada, pacífica y hasta festivamente por el Paseo de Gracia nunca podrá competir en este mundo de la imagen y el instante con las impactantes imágenes de barricadas de fuego y enfrentamientos que está ofreciendo simultáneamente Vía Laietana. Cuando la calma retorne a las calles y las almas habrá que hacer balance de lo que está sucediendo esta semana en Barcelona, y también en Lleida, Girona, Tarragona, en la Catalunya toda, pero no será el mayor perjuicio que se retraiga el turismo, que busquen otro destino los contaminantes cruceros.
Tx. ¿Se puede y se debe empezar ya el balance de lo que está sucediendo?
JFA. El obligado balance de esta semana sin precedente deberá empezar por recordar las duras condenas a los líderes independentistas del Procés, que no por esperables han dejado de alarmar y están en el origen de todo. Esperable era también la reacción del soberanismo movilizado, la reacción airada de los convocados al tsunami democrático, y también episodios violentos de la mano de esos grupos antisistema que en ese escenario nunca habían dejado de hacerse sentir. Lo que no era tan esperable y ha sobrepasado todas las previsiones es que a estos se sumara un significativo número de jóvenes independentistas, y que no se supiera o no se quisiera impedir la escenificación reiterada en los días, en las noches más bien, de su actividad. Se han acordado algunos estos días de las movilizaciones y enfrentamientos de Hong Kong, de Quito, de París, pero las de Barcelona han tenido particularidades que deberán ser analizadas y explicadas cuando la calma gane las calles y las mentes.
Estoy haciendo este comentario el sábado por la mañana y desconozco lo que vaya a pasar esta tarde noche, que algunos de los pretendidos expertos que han colaborado a llenar horas y horas de retransmisiones sobre la marcha anuncian como la más temida. Faltan los últimos datos, innecesarios para asegurar que nada será igual en adelante en Catalunya y tampoco en España y que los resultados de las elecciones generales en puertas habrán sido seriamente afectados por lo vivido estos días. Parece evidente que Pedro Sánchez estaba advertido de que las condenas serían ejemplares y de que en ese escenario la cooperación de Unidas Podemos no era previsible, y la oposición de los nacionalistas vascos y catalanes más que esperable: eso explicaría sus acercamientos y alejamientos, y los llamamientos de Felipe González, Mariano Rajoy y el Ibex 35 a grandes acuerdos entre los partidos que han venido gestionando el postfranquismo.
Los larguísimos e inhabituales razonamientos de la sentencia condenatoria para justificarla y los intentos del Gobierno central por trasladar en todo momento la imagen de control de la situación, además de las reclamaciones y explicaciones no solicitadas de su carácter de Estado Social y Democrático de Derecho, son la constatación de que se saben observados desde Europa, de que se es consciente de las dudas que suscitan algunas de sus instituciones, y muy especialmente la de la Justicia. La administración de las jornadas de movilización y enfrentamientos de esta semana será sometida a una especial observación de las instancias y la opinión pública internacional, y el Gobierno y la Justicia españolas son conscientes de ello.
Tx. ¿Y en Euskadi cómo se está siguiendo todo esto?
JFA. No me parece que en Euskadi se haya seguido con especial pasión lo que se vivía en Catalunya, tal vez porque las grandes movilizaciones, por repetidas, no eran noticia y porque tras las grandes escenificaciones de violencia podía sospechar intencionalidades poco claras. Los partidos e iniciativas populares abertzales se han manifestado claramente en contra de una sentencia que consideran injusta y han protagonizado gestos de solidaridad y apoyo con los soberanistas catalanes, pero la calle no parece haberse mostrado especialmente conmovida. Tampoco la presencia del lehendakari Ibarretxe junto al president Torrá se ha considerado especialmente noticiable, ni tampoco la oferta de mediación del lehendakari Urkullu, si fuera para ello requerido .
Y, sin embargo, al futuro, también de los vascos, no le va a ser ajeno lo que está sucediendo en Catalunya y, seguramente, no para bien.