Cerrar

alguien te está escuchando

Crónica de Araba

La crisis sanitaria se suaviza y emerge la económica

JB

La crisis sanitaria ha entrado en una fase de control que oxigena el ambiente, aunque la amenaza de la Covid 19 permanece. Las declaraciones de los capitanes alavesistas destacan por su sensatez.

  • Hay que seguir manteniendo las medidas preventivas para culminar con éxito la desescalada.

    Hay que seguir manteniendo las medidas preventivas para culminar con éxito la desescalada.

    4:10 min
imagen player
imagen player
imagen player

La suavización de las restricciones en la llamada desescalda y la proximidad del verano despiertan un  moderado optimismo, que no  oculta la preocupación por las dificultades que se advierten en el inmediato futuro. La tasa de desempleo, los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo, como el de Michelín o Tubos Reunidos, la reducción de la producción en Mercedes Benz, cerando el mes de Agosot, son los indicadores de la crisis que se avecina.

La Diputación Foral de Alava ha diseñado un planÁ para hacer frente a la recesión económica  que acompaña a la pandemia.  El Diputado General, Ramiro González, lo ha cifrado en 50 medidas y cuantificado en  tres grandes capítulos económicos: 29 millones de euros en medidas de reactivación económica, 248,5 millones en aplazamientos de impuestos y desgravaciones fiscales y otros 60 millones en Obra Pública en el Territorio. Entre las valoraciones críticas registradas sorprendió la celeridad con que Sea Empresarios Alaveses calificó las medidas de insuficientes. El  propio Diputado General en los micrófonos de Radio Vitoria replicó emplazando, no tanto a los empresarios en general sino a los portavoces de su organización empresarial, a que se rasquen el bolsillo, a que den un paso al frente y a que no se limiten – dijo-  a aportar ideas para que las instituciones las pongan en marcha.

Las críticas desde la oposición en Juntas Generales suelen pertenecer más al guion previsto en el debate político. Entre los grupos de la  oposición Eh-Bildu no se ha quedado en la retórica de la declaración y ha  decidido presentar su propuesta. Bajo el nombre  de Jaiki,  la formación soberanista de izquierdas plantea destinar 120 millones de euros a diversas áreas como servicios sociales, refuerzo de plantillas en residencias, ayudas directas a autónomos y empresas, así como a un plan de generación de empleo para colectivos de difícil inserción laboral, además de partidas destinadas a Entidades Locales y gastos extraordinarios. Los nuevos ingresos necesarios para todo ello los sitúa en el marco de una reforma de política fiscal más progresiva.    

No es habitual, pero entre las declaraciones más sensatas de las últimas jornadas destacan unas procedentes del mundo del fútbol y  sus protagonistas han sido los dos jugadores que comparten la capitanía  del Deportivo Alavés: Manu García y Víctor Laguardia.

Ante la acelerada reanudación de la competición en el contexto de una sociedad todavía atenazada por la pandemia, ambos han definido nítidamente el campo de juego en el que están inmersos. “Hoy en día el fútbol es cien por cien negocio. A los que mandan, les da igual que la gente no entre al campo, que los jugadores seamos los que expongamos nuestra salud y la de nuestras familias”. Son palabras del central albiazul, Victor Laguardia, a las que se han sumado con claridad las de su compañero Manu García, diciendo que vamos a jugar un fútbol que no es el que nos gusta. Jugar sin público- subraya- es muy triste.

 El centrocampista vitoriano, símbolo de la cantera alavesa, reconoce que les va a faltar el mayor activo, el de lo segudores, y enfatiza que es necesario cuidar al aficionado, porque da sentido a  su profesión y puede sentirse desplazado. Critica a La Liga por no haber contado con los jugadores para tomar decisiones y hace, también,  autocrítica señalando que a los futbolistas les ha faltado conciencia colectiva. Sin duda ha puesto el dedo en todas las llagas.

Las reflexiones de los dos jugadores alavesistas y las opiniones de quienes se han mostrado muy críticos con los privilegios de un deporte profesional, hoy perteneciente a la industria del ocio y el entretenimiento,  nos han hecho recordar la célebre frase, de Jame Carville, asesor de la exitosa campaña que llevó a Bill Clinton a la Casa Blanca en 1992, cuando le dijo a Bus padre  aquello de “Es la Economía, estúpido”. La diferencia en este caso es que el fútbol sin la pasión de las gradas es un deporte sin alma. Real Sociedad y Athletic lo han entendido perfectamente cuando han decidido que sin el calor de sus seguidores no tiene sentido ni la final de Copa.