alguien te está escuchando
PERSONA / PERSONAJE
Frederic Alzola, en busca de su camino
Txerra Diez Unzueta entrevista al periodista Frederic Alzona, con el que charla sobre sus inquietudes, sueños y miedos.
-
Persona / Personaje
33:58 min
Cuando dos personas se conocen, la complicidad es palpable. Y la entrevista fluye sin forzar nada. Y eso es lo que ha ocurrido. Más que una entrevista, ha sido una charla, una conversación que podía haber tenido lugar delante de la mesa de un restaurante y no un estudio de radio. Pero ha ocurrido aquí.
Nuestro persona personaje, que profesionalmente abarca muchos sectores y ámbitos, se define como periodista. Quizás eligió esta profesión por ser echado para adelante.
La gente poco habla de las cosas de las que se arrepiente, las oculta: Frederic Alzona, no. Y es consciente de cuáles son las que hubiera cambiado o hecho de otra forma. Pero, reconoce al mismo tiempo, que esas mochilas hay que dejarlas atrás. Porque hay que mirar el futuro.
También ha sido uno de los pocos invitados que al hablar de sus sueños ha hablado de deseos para la comunidad: no de sueños personales sino colectivos. En su día, el final de la violencia del terrorismo de eta. Que por cierto, nunca vislumbraba. Sueños que dibujaba en sus años como periodista en el mundo, donde tuvo que vivir de cerca el zarpazo del terrorismo. En su memoria, el día del asesinato de Fernando Buesa y su escolta Jorge Díez.
Los sueños de ahora tienen que ver más con sus hijas. Porque quiere que sus hijas crezcan en una sociedad que las trate con respecto, igualdad y que tengan las mismas oportunidades que nosotros, los hombres. Lo dicho, deseos colectivos.
La entrevista ha fluido, con complicidad. Con sinceridad: ha hablado sin tapujos de política, del tiempo que se pierde en debates superfluos, en la burocracia municipal. En proyectos que no cuajan y otros que se desarrollan pero que no se han pensado mucho. También de la pandemia, de la que, dice, poco hemos aprendido. Y no, no nos ha hecho mejores personas.
Frederick Alzola vislumbra su camino, uno en el que no haga daño a nadie, paralelo al de sus hijos y amigos. Y en el que se aprenda de lo bueno y lo malo. Pero sobre todo un camino en el que importe el aquí y el ahora. Aunque, reconoce que la muerte y el dolor le preocupan. Pero antes de todo eso, quiere vivir, y vivir para poder cumplir con todo los que le queda por hacer: escribir, viajar.