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La Columna Jaiónica
Despedidas de soltero: el top de la vergüenza ajena
I.I
Jaione Sanz firma esta columna canalla y descarada, una mirada desenfadada a la vida. Hoy le hinca el diente a uno de los festejos más bochornosos recuperados tras la pandemia.
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JAIONE SANZ
6:13 min
La vergüenza ajena es una emoción paradójica: tiene parte de empatía, porque te pone en la piel de la otra persona, y a la vez aleja emocionalmente por rechazo a su actitud. También depende de normas sociales y de nuestra propia subjetividad. A mí me gustaría enterrar la cabeza cuando alguien suelta un chiste y la gracieta se recibe en silencio. Siento bochorno con los aplausos al aterrizar el avión o cuando Ayuso lee con la cadencia de una alumna de Primaria. Y en esta época proclive a las bodas, sufro arreboladamente las despedidas de soltero.
Tras la pandemia vuelven a verse demasiadas por Vitoria. Jaurías que asaltan calles a gritos y pollazos, disfrazadas y beodas, destruyendo en un instante el concepto de decoro arrastrado desde la antigua Grecia. Sé que la gente pasa un rato divertido, que la vida son dos días y que es absurdo cargar con el peso de tan grotesco show. Pero no hay nada que pueda hacer para evitarlo. Noto todo el pudor que los celebrantes ni sienten ni piensan que deberían sentir. Y sólo puedo preguntarme por qué.