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Historias de cerca

HISTORIAS DE CERCA

Kuartango: capítulo 1

Cuatro momentos para relajarse: dar un paseo por un pueblo de 30 vecinos, ver una película del oeste rodada en el valle, leer un libro con escenarios de la zona y darse un baño de aguas termales.

  • Historias de cerca: Kuartango I

    Balneario de Kuartango

    53:00 min
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Recorremos así las localidades de Anda, Andagoya, Katadiano, Apríkano, Etxabarri Kuartango, Tortura, Jokano, Luna, Artxua, Arriano, Guillarte/Guibilloarrate, Marinda, Iñurrieta, Santa Eulalia, Urbina de Basabe, Villamanca, Sendadiano, Uribarri Kuartango, Urbina Eza y Zuatzu Kuartango. Solo este último tiene más de 150 habitantes y continúa ganando vecinos en los últimos años. Aumenta también la población en Anda, pero el resto de localidades ha reducido sus empadronamientos incluso a la mitad en los últimos 20 años. Es el caso de Santa Eulalia, Katadiano, Luna o Tortura.

Bene Aguayo vive en Santa Eulalia desde hace 60 años, cuando se casó con un vecino del pueblo. Es una de las pocas que vive allí durante todo el año. Son 12 los vecinos empadronados. Cruzamos el puente y llegamos a su casa.

De fondo, el silencio. Y es que Kuartango es un valle tranquilo. No hay más de 4 habitantes por cada kilómetro cuadrado. Cualquiera de ellos podría ser… un llanero solitario. Como en las películas del oeste. Quizás por eso en Kuartango se rodó Algo más que morir, una de vaqueros. Fue rodada íntegramente en Kuartango y con los propios vecinos del valle. Es decir, el oeste si, pero el oeste de Álava. Guión y dirección de José Luis Murga y Oier Martínez de Santos, ambos vecinos de Zuazo. José Luis soñaba con la película desde que era un niño y contagió su entusiasmo a Oier. La película se estrenó en 2014 y resultó premiada en el festival de Western de Almería. El bueno, el malo, el salón, peleas, duelos…no falta de nada. Tampoco faltó durante los 6 años de rodaje por ejemplo una ciclogénesis explosiva  que se llevó volando el banco del pueblo, y otros avatares como que la niña en ese tiempo creció, ya no era tan niña…. o que el primer protagonista se cayó del caballo y ya no quiso seguir en el papel. Vamos a  la casa del sheriff, Oier Martínez de Santos, codirector de la película Algo más que morir.

Tras ver la película rodada en Kuartango, nos ponemos a a leer un libro, también escrito en Kuartango y con el valle como escenario. María Santorum tiene imaginación para muchas historias, pero en Kuartango hay historias reales que darían para muchas novelas. Por ejemplo, la construcción del balneario. Esas aguas medicinales que pusieron a Zuazo en el mapa del termalismo a finales del siglo XIX.

Emilio Chillida, vecino de Sendadiano, tenía al parecer un buen olfato para los negocios. La fuente de aguas  medicinales de Zuazo era ya famosa por sus curaciones y él supo ver la oportunidad. Planteó a 3 salineros de Añana y a un vecino de Zuazo la posibilidad de crear una sociedad para explotar científicamente las aguas. En 1877 los promotores consiguieron la autorización pero… 5 eran demasiados para tomar decisiones. Así que idearon una fórmula para quedarse con el negocio y apartar a Chillida. Error. Emilio Chillida no pensaba abandonar tan fácil la idea de construir un balneario. Conocen bien la historia en la familia Martinez de Santos. Y es que uno de los promotores, José, era el abuelo de Felix Martínez de Santos y bisabuelo de Eduardo Martínez de Santos. Hablamos de esta curiosa historia con uno en su casa, con el otro junto al balneario.

En  agosto de 1879, el Dr. Codina Länglin (un destacado químico, farmacéutico y político catalán) se desplazó desde Barcelona para hacer un análisis químico de las aguas para que pudieran ser declaradas de utilidad pública. En el informe decía… "El caudal es de 18.160 litros cada 24 horas y es constante durante todo el año". Esto unido a la publicidad del balneario que decía… "clima benigno, de montaña, altura media, resguardado de los vientos…" hicieron del balneario de Kuartango un lugar ideal para un tratamiento completo de las afecciones crónicas del aparato respiratorio. 

Nos acercamos al río Baias para charlar con Eduardo Martínez de Madina, ahora como miembro de la asociación de amigos del Balneario de Kuartango. Hemos quedado sobre el puente que unía el balneario con los jardines, al otro lado del río. Se escucha el relajante sonido del agua.