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Radio Vitoria Gaur Actualidad

Cultura

Helldorado afronta el futuro con incertidumbre y pesimismo

EITB MEDIA

La sala de conciertos de Uritiasolo debería haber celebrado este año su vigésimo aniversario. La pandemia se ha cebado de lleno en las salas de conciertos que han podido subsistir a duras penas gracias a ayudas institucionales. Helldorado afronta el futuro con incertidumbre y pesimismo.

  • Hell Dorado

    Hell Dorado

    2:13 min
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Fueron cuatro amigos, músicos de diferentes bandas, quienes tuvieron la idea de alquilar un pabellón en el polígono de Uritiasolo para traer a tocar a los grupos de rock&roll que les gustaban. Era el año 2001 y en poco tiempo su programación era ya internacional con bandas que luego formaban parte de grandes festivales como el Azkena. El fervor y la implicación del público, el buen ambiente que se creaba y el exquisito trato que se daba a los músicos hicieron que Helldorado se convirtiera en una de las mejores salas de concierto de Europa donde todos los grupos querían tocar.

Durante este tiempo el local ha acogido no solo cientos de conciertos, sino grabaciones de discos y dvds, rodajes de cortos y películas, presentaciones de libros, festivales, monólogos, memoriales, celebraciones, aniversarios, campamentos juveniles de rock y 14 bodas.

La covid rompió esta dinámica, primero el cierre y luego una reducción del aforo a 58 personas sentadas y con mascarilla hizo inviable seguir con el proyecto que solo pudo programar gracias a las ayudas institucionales.

El 18 de julio el grupo local Buffalo Club, que llenó la sala, cerró la temporada. Juan Uriarte, portavoz de Helldorado, ve el futuro muy incierto y en un arranque de optimismo confía en abrir en otoño dependiendo de las circunstancias.