Seis vascos en Buenos Aires, la ciudad del tango, el fútbol y los asados

Buenos Aires es una ciudad enorme en la que podemos encontrar una enorme comunidad vasca. Entre nacidos en Euskadi y descendientes de vascos, el 10% de la población argentina tiene orígenes euskaldunes. Por eso, es fácil encontrar referencia a Euskadi por todas las esquinas. Sin embargo, Buenos Aires tiene muchísima personalidad. El tango es lo primero que nos viene a la cabeza, pero también la pasión por el fútbol, la influencia italiana en su comida, sus numerosísimos teatros y librerías… y una lista inacabable de nombre propios que recuerdan a las calles bonaerenses como Gardel, Maradona, Evita o incluso Mafalda.

Nuestros vascos en Buenos Aires

Itxaso tiene 34 años y es del barrio bilbaíno de San Adrián. Trabajando en casa conoció a Bruno, su marido. Hace cuatro años decidieron instalarse en Buenos Aires, aunque ella iba y venía. De hecho, se mudó definitivamente hace unos meses. Con ella recorremos el Microcentro de la ciudad desde el Congreso de la Nación hasta la Casa Rosada, pasando por lugares tan emblemáticos como el Obelisco en la Avenida 9 de julio, el Café Tortoni en la Avenida de Mayo o la Catedral Metropolitana donde estuvo Jorge Bergoglio hasta que fue nombrado Papa. Acabamos el día en casa de uno de sus amigos para cocinar un auténtico asado argentino y conocer a su "familia" argentina.

Chavi es bilbaíno, tiene 37 años y lleva 6 en Buenos Aires. Casado con una chica argentina, tiene un niño de casi dos años nacido allí que se llama Iñaki. Fue portero de fútbol y ahora es representante de jugadores y lleva una marca de guantes. Recorremos con él el Barrio de La Boca, donde se encuentran las instalaciones y el estadio de Boca Juniors (La Bombonera). El Barrio de la Boca es todo color, sobre todo Caminito, cuna de tango, milonga y todo tipo de expresiones artísticas en la actualidad y, por supuesto, una de las zonas más turísticas de la ciudad. Justo al lado está el Puente Avellaneda, que es uno de los pocos que se construyeron en el mundo imitando al Puente Bizkaia, si bien el de Buenos Aires hace décadas que dejó de funcionar. Acabamos el día en el campo de Independiente viendo un partido y su fantástico ambiente.

Nazareth tiene 28 años, nació en Argentina, pero siendo una niña se trasladó con su madre a Sarriguren, cerca de Iruña, y es la más pamplonica del mundo. Hace dos años que se trasladó para probar suerte en Buenos Aires. Es periodista y nos lleva a trastear en el Mercado de San Telmo, un mercado al aire libre donde se puede encontrar casi de todo, entre otras cosas mucha música y mucho tango ya que tangueros improvisan en cualquier rincón espectaculares exhibiciones. También nos mostrará la casa de Mafalda e incluso se sentará un rato con ella para saber si hay que bajarse del mundo o no. Finalmente nos lleva a Laurak Bat, la euskal etxea más antigua del mundo.

Itziar tiene 32 años y es de Algorta, Getxo. Hace cinco años se fue a Buenos Aires para seis meses con una beca del Gobierno Vasco y ahí sigue. Encantada con la descomunal oferta cultural que ofrece la capital argentina. Con ella visitamos el Barrio de Recoleta para conocer uno de los cementerios más famosos del mundo, el Museo Evita y comer típicas empanadas argentinas y locro, un cocido todavía más típico pero no tan conocido. También visitamos el Ateneo Grand Splendid, un enorme teatro reconvertido en librería que te deja sin palabras, antes ver una obra en uno de los cientos de pequeños teatros fuera del circuito comercial bonaerense.

Aitor tiene 45 años y lleva 14 años en Buenos Aires. Nació en Zuhatza, Álava. Es profesor de euskal dantzak y también ¡de tango! Así que disfrutaremos junto a él de la Final del Mundial de Tango. Imparte cultura vasca en Euskal Echea, un colegio impresionante en Llavallol a las afueras de la ciudad. Nos presenta a la directora: Izaskun, de Tolosa. A sus 75 años, lleva 67 en Buenos Aires y no pierde ni el acento ni el euskara. También conocemos a su familia: Marina, una argentina de ascendencia vasca a la que conoció en Lazkao cuando ella acudió a aprender euskara, y Maialen, su hija de nueve años.

Eric es de Biarritz y más vasco que nadie. Así lo marca un tatuaje que nos enseña en el programa. Tiene 54 años, lleva 30 lejos de casa y 13 en Argentina. Ha trabajado casi de todo, pero sobre todo como fotógrafo, cocinero y ahora chófer y guía. Vive en la parte norte de Buenos Aires, en San Isidro, junto al Río de la Plata, lo que le permite añorar un poco menos el mar. Está casado con Alejandra, paraguaya, pero le encantaría mudarse a Euskadi. Tienen dos niños Iker y Joakim supermajetes. Con él conocemos la Venecia argentina y pasamos un día en la carreras.