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Opinión

La Columna de José Félix Azurmendi (16/05/2015)

José Félix Azurmendi | Radio Vitoria

Mediado el tiempo de campaña. Esta semana se ha hablado mucho de las declaraciones de Rekarte

Mediado el tiempo de campaña

A una semana de la jornada oficial de reflexión se me ocurren algunas sobre lo que hemos vivido ya de una campaña que la siento sin alma, sin la pasión e ilusión que de unas circunstancias excepcionalmente favorables para diseñar el futuro podían esperarse. Tengo la impresión de que no se compadece con las expectativas de cambio y tiempo nuevo creadas.

En algún caso podría ser porque se ha buscado deliberadamente un perfil bajo, pero en todos ellos se puede pensar más bien en incapacidad para adaptarse a los nuevos modos y maneras que la sociedad requiere. No sirven ya las encarteladas, los pasquines, las regadas de papel; no sirven los mítines, no se aguantan los debates; los espacios y los tiempos públicos para la propaganda no los sigue nadie; que te cuelen cuñas propagandísticas  en tu smartphone mientras estás a otra cosa, se reciben con desagrado.

No sé qué y cómo hay que hacer, pero sí que no sirve lo que se está haciendo. El perfil de nuestros candidatos tampoco es que ayude mucho a la hora de interesar, sorprender, cautivar. Resta una semana. ¡Ojalá me obligue a rectificar mis impresiones de hoy!

Esta semana se ha hablado mucho de las declaraciones de Rekarte

Algunas de las declaraciones del ex preso de ETA Iñaki Rekarte me han traído al recuerdo el poema de Jon Juaristi, un calco del original de Ruyard Kipling, que dice así: “Te preguntas, viajero, por qué hemos muerto jóvenes, y por qué hemos matado tan estúpidamente. Nuestro padres mintieron: eso es todo”. Kipling se refería a las muertes de los jóvenes británicos en la Primera Guerra Mundial, entre ellas la de su hijo de 18 años, y Juaristi hablaba de los militantes de ETA. Kepa Aulestia le dio la vuelta a la idea y defendió que fueron los hijos los que mentían, los que engañaban a sus padres, haciéndoles creer que eran gudaris que como ellos defendían las libertades vascas. Para explicar por qué entraron en ETA, otros, como Teo Uriarte, lo atribuyeron incluso a su deformación religiosa.

Iñaki Rekarte ha resumido su experiencia diciendo que en el tiempo que él conoció entraban en ETA los más burros. No caeré  en la tentación de resumir en una frase una historia de cincuenta años y decenas de miles de protagonistas. Me conformaré con subrayar lo difícil que es no caer en la propaganda y la mentira cuando se tratan estas cuestiones.

¿Siempre se tratan así?

Cerca de Irun, donde Rekarte hizo sus primeras armas, está Oiartzun, de donde es Ander Iriarte, un hombre de cine afincado en Barcelona que ha dirigido el largometraje documental ‘Echeverriatik_Etxeberriara’. Si importantes son los Etxeberria elegidos como protagonistas del conflicto vasco,  clave es el escenario en el que se ubican. No me parece casual que Iriarte haya entrevistado también a Ludger Mees y Joseba Zulaika, experto en mil historias uno, experto en metáforas propias y ajenas el otro.

Dice Ander Iriarte que está preparado para que le den por todos lados, que es la mejor prueba de que no estamos ante una obra complaciente. Dice el subtítulo del documental “Oiartzun: Crónicas de un pueblo que ha convivido con la violencia”. Desde hace siglos, añado yo.