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Educadores de Calle. Gasteiz

"La educación de calle intenta generar oportunidades en todas las facetas de la vida de los jóvenes"

EITB.MEDIA

Las personas educadoras de calle, trabajan con jóvenes de 8 a 18 años. Lo hacen en espacios comunitarios y les ayudan a adquirir confianza.

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    Educadores de calle en Vitoria-Gasteiz con Helen Owusu y Noor Baracatu

    27:24 min
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No siempre resulta sencillo realizar una detección temprana de las situaciones de dificultad y conflicto social que afectan a niños y jóvenes. Ellas y ellos son parte de la ciudad, de la comunidad. Van y vienen entre su casa, el centro escolar, las tiendas, el centro cívico, los parques…Sus relaciones, sus problemas, sus ideas y sus risas forman parte de la vida del vecindario.

Entrevistamos a José  Manuel  Rodríguez (responsable  Irsearaba y educador de   Abetxuko), Haizea  Rodriguez, educadora de  Salburua, Julián Tomé (educador de  Iparralde), Helen  Owusu (16 años), Noor  Baracatu  Hamadi (13 años).

En los municipios y barrios encontramos niños y jóvenes que, por diversas circunstancias, se encuentran fuera de los circuitos normalizados que les ofrece su entorno como puede ser la escuela, el instituto, entidades de ocio, recursos deportivos ... y comienzan un proceso de exclusión social. Esta población requiere de una atención socioeducativa que ayude a los menores y jóvenes a retornar a los circuitos de socialización normalizados.

Ahí entra en juego el trabajo profesional de los educadores de calle, que trabajan en los barrios con niños y jóvenes para que todos tengan oportunidades de aprendizaje, relación y diversión. Apoyan a quienes tienen alguna dificultad en su familia, con sus iguales o para encontrar su sitio en la comunidad.

En Vitoria - Gasteiz, el programa municipal de educación de calle PEC, se encuentra dentro del servicio social de base. Un proyecto que arrancó a finales de los 80 y que en estas décadas ha ayudado a cientos de niñas, niños y jóvenes a mejorar su bienestar social, favoreciendo la integración activa y positiva en su entorno.

El programa genera redes de conocimiento mutuo y colaboración con familias, profesionales, centros escolares, BIZAN, asociaciones y vecindario para que niños, niñas y adolescentes tengan su lugar y su voz. Animan a la comunidad para que la población adulta vea que sus aportaciones son valiosas y que entre las personas de todas las edades se pueden construir barrios seguros y amables para convivir y crecer.