Desde el comienzo de la pandemia, las noticias relacionadas con la covid-19 han acaparado la mayor parte de la programación de los medios de comunicación en todo el mundo. Un año después del confinamiento y primer estado de alarma, las noticias sobre la pandemia continúan marcando las agendas de los medios.

A esta situación se le ha sumado además la cantidad de noticias falsas y desinformaciones extendidas por distintos canales, lo que ha llevado a algunos expertos a advertir sobre una posible infodemia.

Julen Orbegozo, periodista y profesor de la UPV/EHU, considera posible que los medios de comunicación hayan “exagerado un poco” en su cobertura de la pandemia. La covid-19 es una enfermedad que tiene un impacto a nivel internacional que ha afectado a todas las clases sociales, a todas las personas y a todos los ámbitos, tanto a nivel económico como social, “por lo que es muy lógico que los medios le hayan concedido una atención tan grande, pero, más allá, no sé si han exagerado un poco. Llevamos casi un año en el que la mitad de la información o más está contaminada por el virus o la pandemia”, ha afirmado.

Según Orbegozo, los medios han creado una historia alrededor de la pandemia con unos actores, un nudo que parecía que se iba a soltar con las vacunas pero aún no se ha soltado, y un final. Además, ha especificado, ha sido un relato construido en torno al miedo, ya que este marco es “el que se usa para hacer que la gente haga algo”.

Infoxicación

El profesor de la UPV/EHU no considera la situación actual una situación de infoxicación, pero sí ve necesario que los medios diferencien la información del entretenimiento. “La sociedad tiene necesidad de novelería, nos gustan las novelas, novelas pero del siglo XXI. La población tiende a la novedad y a la novelería, por eso buscamos historias así. Eso no es información, sino entretenimiento e, incluso, con tendencia al sensacionalismo”.

En cuanto a la infoxicación, el periodista la relaciona con la economía de la atención. “La sociedad, en vez buscar información profunda, lo que hace es pasar la atención de una cosa a otra muy rápido; no tenemos capacidad para mantener la atención en algo durante mucho tiempo. Entonces, eso también juega en contra de la difusión de la información”, ha explicado.

Vivimos en una saturación de interacciones comunicativas en la que “las informaciones transparentes, veraces y profundas tienen una gran dificultad”. La sociedad recibe “muchísimos” input comunicativos al día, en su teléfono móvil o a través de otras pantallas, pero muy pocos son información de calidad, ha expresado. “Como lectores nos podemos parar en algún tema buscando una información más profunda, pero nuestra atención no se va a centrar demasiado en eso”, ha añadido.

Así, “la infoxicación es una consecuencia de nuestra sociedad. La producción de pantallas ha hecho que la atención disminuya mucho y, entonces, lo que sucede es que vivimos en un mare magnum o toto revolutum en el que los humanos no somos capaces de diferenciar lo que es información y lo que es entretenimiento”.

En este sentido, Orbegozo ha subrayado la necesidad de hacer autocritica sobre la manera en la que se consume la información. “El problema no es de los medios de comunicación, el problema es nuestro, de los consumidores, porque los medios de comunicación dan lo que los consumidores quieren. Luego, creo que antes de criticar a los medios de comunicación o a todo el ecosistema de información y la información que se genera, debemos mirar nuestros hábitos de consumo. Nosotros, como personas y como sociedad, qué estamos consumiendo, qué buscamos. Y lo que buscamos es más entretenimiento que información” y “un input comunicativo que refuerce nuestras creencias”.

Consecuencias psicológicas

Varios expertos han avisado ya que esta cantidad de noticias incesante sobre la covid-19 está teniendo consecuencias psicológicas en las personas. Un estudio realizado por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) al comienzo de la pandemia ya recogía el aviso de que demasiada información sobre la pandemia podría tener consecuencias perjudiciales para la salud mental.

Arantxa Gorostiaga, profesora de la UPV/EHU y participante en dicha investigación, ha expresado que en general está bien recopilar información en una situación estresante, si es poca y de calidad, ya que mejora la sensación de control. El problema es que, en la situación actual, la información que hemos procesado ha sido demasiada y continua. Además, “estas noticias han sido mayormente negativas, con alguna excepción, lo que aumenta la depresión y ansiedad en las personas”.

La profesora de la universidad también ha comentado que, en su opinión, la información que recibimos de los medios de comunicación condiciona nuestra percepción de la realidad.

Medidas para reducir la saturación de noticias

Bélgica ha dado un paso adelante y tomado la decisión de limitar las noticias de la covid-19 en sus medios, convirtiéndose así en la pionera de este tipo de medidas a nivel internacional. Las noticias relacionadas con la pandemia no podrán superar el 50 % del tiempo total de un diario en la televisión pública, ha explicado la Radio Televisión Belge Francophone en un artículo publicado en su web.

La radio también limitará la cantidad de noticias para evitar que el coronavirus deje sin tiempo para otros temas. “Una vez que hemos incluido los temas esenciales relacionados con la covid-19, a menudo queda poco tiempo para abordar otros temas”, ha explicado Joëlle Meert, editora de La Première y Vivacité.

Gorostiaga se ha mostrado de acuerdo con esta medida y la considera adecuada de cara al futuro. En su opinión, los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad “porque resulta difícil desconectar de un tema del que se habla continuamente en los medios, por mucho que se le recomiende a una persona”.

Julen Orbegozo también se ha mostrado positivo en cuanto a esta decisión. Para el periodista, esta es una postura muy positiva pero será difícil llevarla a cabo. Además, ha advertido que “puede ser peligroso indicar a los editores o las personas que editan el informativo esto es noticia y esto no, o esto debería ser noticia y esto no”.

¿Cómo hacerle frente a esta situación?

Sin quitarle su responsabilidad a los medios, los dos expertos han coincidido en la necesidad de que la sociedad cambie su manera de consumir información.

Gorostiaga ha aconsejado a la población reducir la cantidad de la información y mejorar su calidad. También ha subrayado la importancia de desconectar, refiriéndose no solo al contenido informativo, sino también al contenido de las conversaciones del día a día.

Orbegozo también ha remarcado la necesidad de educar a las personas en este ámbito para que estas exijan un producto de calidad a los medios, ya que, en la actualidad, “las personas buscan un producto ligero, para consumirlo rápido y que mire al entretenimiento, para poder pasar su atención de un lado a otro constantemente”. Además, ha explicado que “estamos dirigidos a la polarización” y buscamos contenidos que refuercen nuestras creencias y nuestras convicciones.

Ha afirmado que los medios producen lo que la sociedad exige, y, bajo su punto de vista, en este momento la sociedad no está preparada para pagar por una información de calidad. “Si la sociedad pide más productos de calidad, más periodistas especializados… entonces, la mayoría de medios que son privados en un porcentaje muy alto, los que son empresas y buscan negocio, producirán periodismo de calidad”, ha manifestado.

En cuanto a las fake news y a la audiencia, Orbegozo publicó un artículo en The Conversation en el que explicaba que “la responsabilidad es compartida”. “Individualmente se pueden hacer cosas, igual que debemos exigir a las instituciones que vayan a las raíces del problema, que se hunden en el tipo de sociedad que construimos, el tipo de redes mediante las que nos relacionamos y el tipo de medios que consumimos para comunicarnos”, añadía.

En dicho artículo, también lanzaba algunos consejos para hacer frente a este fenómeno: “amplía tu círculo de seguidores y de seguidos; rodéate de gente diferente que opine diferente; financia el periodismo que te genere confianza; fíjate algunas rutinas para consultar de vez en cuando medios de comunicación digitales y ajusta tus requisitos morales para darle al like; acostúmbrate a crear más contenido propio, creativo, divulgativo, y acude a entrenarte, de vez en cuando, a portales de verificación de noticias como malditobulo.es o Newtral.es”.

Finalmente, concluía, “contra la desinformación, espíritu crítico. Y contra la información, también, más espíritu crítico”.