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Análisis

Diez retos para Urkullu

Iñigo Herce

Iñigo Herce

- Bilbao -

Muchos son los retos que tiene delante, pero los relatados a continuación estarán a buen seguro en su agenda de prioridades.

El recién elegido lehendakari del Gobierno Vasco, Iñigo Urkullu, toma las riendas de la Administración vasca en un momento de gran complejidad, con una situación económica grave que afecta ya a amplias capas de la sociedad vasca. Muchos son los retos que tiene delante, pero los relatados a continuación estarán a buen seguro en su agenda de prioridades.

1.- Gobernar en solitario. El PNV ha decidido iniciar la andadura sin apoyos cerrados, con la confianza de que los acuerdos multilaterales puedan ayudarle a sacar adelante leyes y medidas . Es una decisión arriesgada, que puede acarrearle un gran desgaste en función de la actitud que adopten los partidos de la oposición. No hay que descartar, sin embargo, que a lo largo de la legislatura veamos apoyos más estables con alguno de los grupo de la oposición. Uno de los puntos fuertes de Urkullu es su capacidad de tejer alianzas desde la discreción. El lehendakari va a tener que emplearse a fondo si no quiere sufrir semanalmente en cada votación.

2.- La crisis y el desempleo. El punto de partida que se va a encontrar Urkullu son los famosos 1.400 millones menos de ingreso en las arcas públicas. A partir de ahí, el margen de actuación se estrecha, y mucho. La grave crisis de finales de los 80 en Euskadi se superó gracias, entre otras cuestiones, a una política económica e industrial decidida desde el Gobierno Vasco. El momento actual es similar o más grave en algunos aspectos, y las opciones estructurales que tome el Gobierno pueden ayudar a reactivar el empleo y apuntalar el tejido económico vasco.


3.- ´Recortes con políticas sociales. Urkullu ha dejado claro que la Administración vasca tendrá que ser más reducida y más austera. Combinar esa reestructuración sin tocar el núcleo duro de los servicios públicos es, sin duda, un reto formidable en el que el nuevo Gobierno va a tener que emplearse a fondo. La equidad, la sostenibilidad y la solidaridad se presentan como elementos centrales para este tiempo.

4.- Pacto fiscal y armonización. El empeño infructuoso del Gobierno de Patxi López de buscar un pacto fiscal armonizado entre las tres diputaciones tendrá un nuevo capítulo, a tenor de lo dicho ayer por Urkullu. El incremento de la recaudación en un momento de recesión y una mejor redistribución social van a tener que combinarse desde la inteligencia pero también desde la solidaridad. El diferente signo político de las tres Haciendas forales, y el fuerte simbolismo que las fuerzas políticas imprimen a la política fiscal, lo convierten en una cuestión tan compleja como delicada.

5.- El TAV. Las dudas que se han trasladado debido a la grave situación de las arcas públicas del Estado español han arrojado sombras de duda sobre los plazos de finalización de la mayor obra pública de Euskadi. Habrá que ver si la simbólica fecha de 2016 como plazo de culminación del tren rápido se mantiene.

6.- Nuevo Estatus político. Ha sido el propio Urkullu quien ha puesto este objetivo como uno de los pilares de su legislatura. La cuadratura del círculo se antoja imposible, dadas las irreconciliables posiciones de salida. Vistos además otros capítulos similares de nuestra historia reciente, la tensión política puede subir varios grados. Sin embargo, la desaparición de la violencia puede abrir puertas que hasta hoy permanecían cerradas.

7.- Pacificación y normalización. Pese a que esta cuestión parece haber desaparecido de las prioridades de la sociedad, lo cierto es que es un capítulo aún sin cerrar. Apuntalar el fin de ETA y resolver las cuestiones pendientes articulando un discurso asentado en la memoria, la reparación y la justicia son otra de las tareas principales del nuevo gobierno que, también aquí, va a tener que hilar fino para concitar adhesiones.

8.- Revisión del entramado institucional. El propio Urkullu abrió el melón en su discurso de investidura. Mejorar la arquitectura institucional vasca, evitar duplicidades y modernizar el entramado administrativo en sus diferentes niveles c ompetenciales es una cuestión eternamente pendiente. Que el propio lehendakari se mostrara dispuesto a hablar del tabú de la Ley de Territorios Históricos avanza lo que puede ser una cuestión de gran calado político.

9.- Gestionar la tensión con el Gobierno de España. La deriva recentralizadora que conllevan muchas de las medidas de urgencia que está tomando Mariano Rajoy avanza un choque frontal en muchos aspectos. Rajoy y Urkullu tienen una buena relación personal, pero a partir de ahora van a tener que afrontar otro nivel en el que cada cual va a tener que defender posturas encontradas. La cuestión de la Educación, con la reforma Wert en el alero tocando aspectos muy medulares del sistema educativo vasco, puede ser uno de los primeros campos de batalla.

10.- La paga extra. Puede parecer un tema menor, dada la envergadura de los anteriores, pero la cuestión de la paga extra delos funcionarios será una de las primeras piedras de toque que tendrá que afrontar el nuevo gobierno. El simbolismo que ha adquirido y el amplio coletivo al que afecta, puede convertirla en un botón de muestra de las intenciones del nuevo Ejecutivo.