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Jesús Torquemada

Análisis

El complicado tablero de ajedrez de Yemen

Jesús Torquemada

Jesús Torquemada

La guerra civil de Yemen se ha convertido en una guerra internacional, donde todas las piezas luchan por hacerse con el control.

Aviones de Arabia Saudí y otros países árabes han comenzado ya a atacar las posiciones de los rebeldes hutíes, que están apoyados por Irán. Por tanto, la guerra civil de Yemen se convierte ya en una guerra internacional. Es un complicado juego de ajedrez en el que conviene identificar las piezas. Por un lado, están los rebeldes hutíes, de religión musulmana chií. Por tanto, están apoyados por Irán, que da siempre ayuda económica, política y militar a los chiíes, sea en Líbano, en Irak o, como ahora, en Yemen. Por otro lado, el presidente Hadi, de religión musulmana suní, al que ayuda Arabia Saudí porque ese país quiere ser el líder de todos los suníes. Y además, porque mantiene una lucha permanente con Irán para ver quién es el más poderoso de la región del Golfo Pérsico. Por eso, Riad no podía permitir que Hadi perdiera la guerra civil y que Irán aumentase su influencia en Yemen. Pero hay otra pieza que va a su aire: Al Qaeda en la Península Arábiga. Esos luchan contra todo. No les interesa el actual presidente, porque Hadi da facilidades a Estados Unidos para que los americanos, utilizando drones, ataquen las posiciones de los yihadistas en Yemen. Pero también son enemigos de los hutíes, a los que consideran herejes por ser chiíes. Lo demostraron precisamente la semana pasada cuando mataron a 137 personas en dos mezquitas de Saná, la capital de los rebeldes hutíes.