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Jesús Torquemada

Análisis

El problema de May con Irlanda del Norte

Jesús Torquemada

Jesús Torquemada

La primera ministra británica necesita el voto de los diputados unionistas de Irlanda del Norte para sacar adelante su programa. Eso significa aceptar las demandas de los unionistas.

La primera ministra británica, Theresa May, tiene otro problema para añadir a su lista: Irlanda del Norte. Como consecuencia del resultado de las elecciones, necesita el voto de los diputados unionistas de Irlanda del Norte para sacar adelante su programa, porque, sin ellos, está en minoría parlamentaria. Así que va a tener que aceptar las demandas de los unionistas. Algunas no plantean problemas. Por ejemplo, dar subvenciones a los agricultores norirlandeses o gastar más en infraestructuras. Eso beneficia, al fin y al cabo, a todos los norirlandeses, sean unionistas o republicanos.

Pero los unionistas también quieren que se vuelvan a permitir las marchas de la unionista Orden de Orange que fueron prohibidas o desviadas en su recorrido para no atravesar barrios republicanos. Y eso sí puede causar problemas, porque los republicanos ya han advertido que eso puede poner en peligro los acuerdos de paz. Esto coincide, además, con la ausencia de un Gobierno autonómico en Irlanda del Norte. La coalición entre el Partido Democrático Unionista y Sinn Fein se rompió hace unos meses y precisamente hoy comienzan las negociaciones para intentar resucitarlo. En teoría, el Gobierno británico debe ser neutral en esas negociaciones, pero son los unionistas los que tienen la sartén por el mango.