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Felipe Etxebarria

Análisis

EE. UU. y Europa priorizan sus relaciones con los países en vías de desarrollo en el G-20

Felipe Etxebarria

Felipe Etxebarria

No son de extrañar las quejas de Ucrania por la falta de una condena explícita a Rusia en el documento de conclusiones de la cumbre. Con ello y para salvar la cumbre, Occidente ha estado dispuesto a pagar un precio, es decir, la no condena de Rusia por la invasión de Ucrania.

En la recién acabada cumbre del G-20 en Nueva Delhi (India) EE. UU. y Europa han priorizado su colaboración con los países en vías de desarrollo por encima de nuevas muestras de solidaridad con Ucrania.

No son de extrañar las quejas de Ucrania por la falta de una condena explícita a Rusia en el documento de conclusiones de la cumbre. Con ello y para salvar la cumbre, Occidente ha estado dispuesto a pagar un precio, es decir, la no condena de Rusia por la invasión de Ucrania. Cosa que no ocurrió en la cumbre del pasado año celebrada en Bali (Indonesia).

En el mundo real tal redacción no tiene prácticamente efectos, ya que nadie pone en duda el apoyo de Occidente a Ucrania.

Aunque el propio Occidente ha demostrado en Nueva Delhi que el G-20 no es actualmente un lugar para proyectos estratégicos realmente importantes; el proyecto de infraestructuras presentado en la cumbre para Asia y Oriente Medio es un proyecto alternativo a la Nueva Ruta de la Seda puesta en marcha por Pekín y que para EE. UU. y Europa tienen como objetivo vincular más estrechamente a la anfitriona, India, con Occidente. Con ello la existencia del G-20 está asegurada, pero su importancia aun no.

La inclusión de la Unión Africana podría hacerla más atractiva y evitar que el grupo BRICS, dominado por China, gane peso.

El hecho de que este y otros grupos de estados tengan un papel creciente en la política mundial es una señal de que las Naciones Unidas están perdiendo peso. Su problema no es solo el del Consejo de Seguridad, donde el poder de veto de los cinco grandes impide a menudo decisiones importantes. En un mundo multipolar la ONU no es ya el lugar para una colaboración global.